Compleja situación de la minería
Aun cuando hay variables que están afectando la minería mundial, hay que avanzar en entregar señales que reduzcan la incertidumbre local que desalienta la inversión.
El complicado panorama que atraviesa la economía mundial ha tenido repercusión en el sector minero. Previo a la crisis sanitaria, el sector en Chile había visto reducir sus posiciones en el prestigioso ranking que elabora el Fraser Institute al lugar 17, un retroceso de 11 puestos, entre las zonas geográficas más atractivas para invertir en minería.
El avance del coronavirus ha provocado la cancelación de importantes eventos de minería en el país –como el mayor a nivel sudamericano, Cesco Week-, pero quizás lo más importante sea la suspensión temporal del desarrollo de proyectos de inversión. Es el caso de la paralización transitoria del proyecto Quebrada Blanca Fase II, que involucra un desembolso de US$ 5.000 millones, que con motivo del avance de la pandemia por precaución debió frenar las faenas del proyecto, lo que afecta a unos 15 mil trabajadores.
Sin embargo, la situación de la minería puede complejizarse en tanto el precio del principal producto de exportación chileno siga cayendo producto del colapso de la demanda mundial. La cotización del cobre cerró el viernes pasado en US$ 2,2 la libra, su peor nivel desde octubre de 2016, con lo que acumula una caída en el año que supera el 20%. Este bajo nivel de los precios del cobre deja a prácticamente a la mitad de la minería chilena operando a pérdidas, según estimaciones de la consultora Plusmining, en base a información financiera y productiva de operaciones de la gran minería en Chile a septiembre de 2019. Según sus cálculos, solo el 45% de la producción nacional, atribuible a solo cuatro operaciones, estaría operando con márgenes positivos.
Los efectos de la evolución de la minería del cobre sobre la actividad local son conocidos. Pese a que su participación en el PIB bordea el 10% a precios constantes, tiene efectos directos sobre otras actividades claves para la economía, como la construcción y los servicios. Es por eso que lo que pasa en la minería tiene efectos amplificadores en el resto de la economía. Por ejemplo, las exportaciones mineras siguen siendo claves en los envíos chilenos y representan el 52% del total en valor en el año 2019. Además, en materia de inversión, es por lejos el sector que más aporta a la formación bruta de capital fijo.
Las autoridades locales poco pueden hacer ante la crisis económica internacional que ha desatado la expansión del coronavirus o ante las tensiones que están reapareciendo entre las superpotencias. Son al final variables que afectan a la minería mundial. Pero sí pueden avanzar en entregar señales que reduzcan la incertidumbre local que desalienta la inversión extranjera en Chile y que nos está relegando de varios rankings de prestigio internacional. La postergación del plebiscito que definirá el proceso constituyente es una medida sensata que reestablece las prioridades en la discusión política. El consenso alcanzado entre el oficialismo y la oposición es una señal positiva, que debiera extenderse a la discusión de otras medidas, principalmente en el ámbito económico.
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