SEÑOR DIRECTOR:
Pareciera que lo importante no es preocuparse de detener el terrorismo y el narcotráfico, sino perseguir a los militares que participaron durante el gobierno militar.
¿El Poder Judicial se dará cuenta que el condenar a militares de muy bajos grados a altas y masivas penas por obedecer a sus superiores, está cometiendo una tremenda injusticia? ¿No les llama la atención que dentro de estos subalternos hay una gran cantidad de jóvenes soldados conscriptos que hacía su servicio militar y que se les enseñó a cumplir órdenes?
A través de nuestro hermano, uno de tantos procesados, conozco a conscriptos y clases que han sido condenados por falta de un buen abogado, a oficiales y suboficiales que han tenido que vender su casa para solventar los gastos del proceso judicial, que duran una eternidad.
Por citar un par de ejemplos, en La Araucanía, el ministro en visita extraordinaria Álvaro Mesa Latorre, condenó en dos de ellas a oficiales subalternos, clases y conscriptos de los regimientos “Húsares” de Angol y “Tucapel” de Temuco a las penas más altas y sin beneficios que van desde los 13 años efectivos a presidio perpetuo. Todos sentenciados en primera instancia por supuestas “presunciones”, pero la verdad es que los condenó sobre la base de meras “conjeturas o especulaciones”, o sea, sin cumplir los requisitos legales establecidos en la ley para configurar una “presunción judicial”.
¿Puede un juez arbitrariamente condenar sin probar legalmente un supuesto ilícito? Afortunadamente existen tribunales superiores como son la Corte de Apelaciones de Temuco y la Corte Suprema para corregir los vicios que están a la vista en ambas causas.
María Eugenia Fuentes Campusano
Valeria Fuentes Campusano
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