Convención Constitucional: Primeras señales

Elisa Loncón

La elección de Elisa Loncón se convirtió en una imagen y en un discurso que dará la vuelta al mundo. No solamente la convención hace realidad su condición de paritaria, sino también integradora con las primeras naciones que vivieron en el país.



El primer momento en televisión de la nueva Convención Constituyente pareció que le daba la razón a quienes promovieron la opción Rechazo en el plebiscito pasado. Las primeras intervenciones hicieron temer que la violencia y el ánimo de un cierto grupo para manifestar su identidad iba a suspenderla, sembrando dudas sobre su funcionamiento en el tiempo. Una inteligente intervención de Carmen Gloria Valladares, secretaria del Tricel, más la conciencia clara de los constituyentes de su rol en la historia del país permitió que siguiera la sesión.

La elección de Elisa Loncón se convirtió en una imagen y en un discurso que dará la vuelta al mundo. No solamente la convención hace realidad su condición de paritaria, sino también integradora con las primeras naciones que vivieron en el país. La biografía de la Dra. Loncón con una trayectoria académica de primer nivel, pero invisible para muchos círculos de influencia, muestra cuán necesario es cambiar el país hacia uno que reparta mejor el poder; como hizo ver la presidenta de la convención en su discurso. Su alta votación da señales de estabilidad, y en especial legitimidad a su camino. En una columna en este medio Ascanio Cavallo advirtió por quienes en la izquierda y derecha querían que fracasara la convención, el modo como se desarrolló augura que no se cumplirán esos presagios.

Hay varias otras señales políticas a observar. El quiebre originario entre el PC y el FA, que apostaron por candidatas distintas para la presidencia de la convención. Las buenas palabras sobre unidad en la lista Apruebo Dignidad son solo eso. El Frente Amplio no se siente cómodo en el rol de movimiento satélite de los comunistas, como en su tiempo eran los partidos de sus alianzas electorales. En la configuración de las mayorías alrededor de Loncón jugaron un rol importante los convencionales elegidos por el PS. Esa señal sumada a la reunión de los candidatos presidenciales Gabriel Boric y Paula Narváez hacen pensar en una especie de “pacto de la sopaipilla”, que implica un nuevo reordenamiento de la izquierda, y el espacio para que el mundo de votantes cercanos al PS /PPD asistan a la primaria a votar por Boric. Puede parecer natural, pero hay que recordar que hace pocas semanas el intento de una primaria en conjunto fracasó.

La dramática elección a vicepresidente entre el abogado Bassa y el activista Rojas muestra la grieta geológica que hay dentro de la izquierda y cómo la otrora poderosa Nueva Mayoría se convirtió en arroz graneado. La tensión está en el otrora cuestionador Frente Amplio y los noveles Lista del Pueblo, punzantes desde la calle, y que mostraron que tienen intenciones de ser una fuerza política. En ese escenario, con dos fuerzas de izquierda mediáticas, los riesgos parlamentarios para la Unidad Constituyente son serios. Es el primer indicio del grave error que cometió la coalición de centroizquierda al no realizar primarias legales.

El oficialismo, que no tiene la capacidad de veto, pero sí una cantidad de votos que puede ser decisiva en discusiones clave, tomó una decisión extraña y autorreferente. Eligió a un exintendente hombre como su candidato y no se movió de ahí. En la elección a vicepresidente, también decidió tomar palco, pese a lo que estaba en juego. Si la defensa de sus principios va a ser la estrategia, sus convencionales tendrán solo un rol testimonial, afectando en serio las posibilidades reales de su sector en las elecciones de noviembre.

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