Convención nacional republicana
SEÑOR DIRECTOR:
Hay tres cosas que han quedado meridianamente claras después del término de la Convención Nacional Republicana en Estados Unidos:
Primero, el trumpismo ha absorbido casi por entero al partido. No solo es Donald Trump el líder indiscutido (posición que toma visos de mesianismo después de sobrevivir al intento de asesinato en su contra), sino que el repertorio temático del candidato presidencial se ha integrado de forma significativa en el contorno ideológico republicano, haciendo que tópicos que antes parecían anatema (proteccionismo, manipulación financiera), hoy cuenten con amplia adhesión.
Segundo, Estados Unidos está siendo un buen reflejo de uno de los riesgos más preocupantes para los próximos años, tal como lo indicaba el Reporte de Riesgo Global del Foro Económico Mundial de este año. Tanto la desinformación como la polarización han rodeado la campaña y es esperable que la situación se acentúe de aquí a noviembre.
Tercero, Chile debe prepararse para un potencial nuevo gobierno de Trump. Los efectos de su política económica se sentirán sobre el precio del dólar, una posible caída en el precio del cobre y un impacto en la bolsa local, particularmente pensando en las tarifas sobre baterías y autos eléctricos, que incide directamente en el valor de bolsa de empresas como SQM, y que Biden ya ha empezado a aplicar, pero que pueden profundizarse con un cambio de gobierno.
La carrera, más allá de los pronósticos, sigue siendo competitiva; pero es conveniente elaborar desde ya una estrategia considerando la probable disrupción que implicaría un nuevo gobierno de Trump en el complejo contexto político internacional.
Guido Larson Bosco
Docente Facultad de Gobierno
Universidad del Desarrollo
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