Opinión

Convención y populismo

SEÑOR DIRECTOR

Este 4 de julio la Convención Constitucional empezará sus labores, tras una elección que para muchos trajo resultados sorpresivos. Una de las sorpresas fue la Lista del Pueblo, que obtuvo 27 escaños y que se autodefine como un colectivo, alejándose de la etiqueta partidista. En diferentes instancias se le ha tildado de populista aludiendo a la connotación negativa que este término ha adquirido.

Pero el concepto de populismo en sí es neutral. Para aplicarlo a un movimiento político, éste tiene que cumplir con dos características. Primero, los populistas conciben la sociedad como dividida en dos grupos opuestos y homogéneos: el pueblo y la élite, esta última corrupta, por no actuar en el interés del pueblo. La segunda característica es la convicción de que la política debe ser la expresión de la voluntad general del pueblo. Dependiendo de varios factores, el populismo puede tener efectos buenos o perversos en la democracia.

El rol que podría desempeñar la Lista del Pueblo en la Constituyente depende de muchos factores. Es, de alguna manera, una canalización institucional del descontento hacia la política y los partidos por parte de un sector relevante del país. En este sentido, con la elección de los constituyentes de la Lista del Pueblo, se logra la incorporación de algunas de las demandas de sectores populares desatendidas por las élites. Sin embargo, los resultados del proceso son altamente inciertos, y el riesgo que estas demandas sigan desatendidas es real. Ello tendría efectos perversos, como la ulterior ampliación de la brecha entre ciudadanía y élites.

Lisa Zanotti

Investigadora PostdoctoralUniversidad Diego Portales/COES

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