¿Convicción u oportunismo?

Venezuela's President Maduro addresses the media at Miraflores Palace, in Caracas
REUTERS/Leonardo Fernández Viloria


SEÑOR DIRECTOR:

El chavismo lleva 25 años en el poder en Venezuela, hasta el 2013 comandados por Hugo Chávez y desde entonces por Nicolás Maduro. En ese período de tiempo hubo diferentes hechos que advertían las particularidades de este régimen, que fueron advertidos a través de distintos medios.

Para empezar, se vulneraron sostenidamente derechos fundamentales, como el derecho de propiedad, la libertad de prensa, la libertad de asociación y la libertad de reunión, entre otros.

Poco a poco fue haciéndose de las instituciones democráticas, interviniendo abiertamente en su composición y en el diseño de estas. El punto cúlmine de esto fue la creación de una Asamblea Constituyente, elegida arbitrariamente, que fue la encargada de nombrar a distintos cargos en el Tribunal Superior de Justicia, en la Fiscalía y en organismos electorales.

Sin ir más lejos, desde el 2005-2014 de 45.474 sentencias en la Sala Constitucional, Sala Político-Administrativa y la Sala Electoral ninguna ha fallado en contra del oficialismo. (Herrera et al 2014).

Reprimió con fuerza distintas manifestaciones, ciudadanas y estudiantiles, dejando un saldo de heridos y fallecidos en cada oportunidad que se produjeron.

En el curso de “operaciones policiales” por parte de las fuerzas de seguridad, se registraron 5.287 muertes, supuestamente por “resistencia a la autoridad”.

Generó uno de los mayores desastres económicos que conoce la historia moderna, dejando a casi el 90% de la población bajo la línea de la pobreza.

El éxodo de ciudadanos de venezolanos hacia el mundo ha sido uno de los desplazamientos más grandes de la historia, especialmente considerando que no se trata de un país en guerra. De hecho, se estima que 7 millones de habitantes han tenido que abandonar su país.

Han impedido la participación política de sus opositores, han maneado las elecciones en diversas oportunidades, han encarcelado a adversarios políticos y amenazado a varios otros.

Todo esto ocurrió antes del pasado domingo 28 de julio, cuando se materializó el último fraude electoral. Antes, muchos no solamente no dijeron nada, sino que seguían considerando al chavismo como una ruta para nuestros países. Lo evidente de la situación reciente ha hecho reaccionar tibiamente a algunos, pero cabe preguntarse por qué ahora y no antes. ¿Es convicción u oportunismo?

José Francisco Lagos

Director ejecutivo Instituto Res Publica

Académico Universidad San Sebastián

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