Coyhaique: Más que contaminación, emergencia de salud pública
En 2017, Coyhaique registró 39 jornadas de emergencia ambiental por los altos índices de contaminación de material particulado fino (MP 2,5), convirtiéndose en la ciudad más contaminada del país. Tras un reciente estudio realizado por la OMS, la capital regional de Aysén lidera el negativo ranking como la localidad más contaminada de América, y en lo que va de 2018 ya lleva tres episodios críticos.
Si revisamos los datos informados por la unidad de pediatría del Hospital Regional de Coyhaique, el 52% de las consultas corresponden a causas respiratorias, provocadas principalmente por altas concentraciones de esmog en las mañanas y en las noches. Esta realidad refleja que no sólo se trata de un problema de contaminación ambiental, sino que estamos frente a una emergencia de salud pública, lo que debe ser enfrentado con absoluta decisión política, disponiendo de recursos y toda la logística del Estado para resolver este problema.
Lo primero que se debe intervenir para enfrentar las consecuencias de la contaminación es el Hospital Regional de Coyhaique, que sólo tiene una UTI pediátrica con tres camas disponibles, sin las condiciones necesarias para atender a la gran cantidad de niños que se ven afectados por cuadros respiratorios.
Esto hace que sea indispensable contar con una UCI pediátrica, unidad que permitiría atender a todos los niños que presenten estos cuadros respiratorios, ya que actualmente los casos más graves deben ser trasladados a otras regiones. Solo el año pasado, se realizaron cerca de 70 traslados de niños que no pudieron ser atendidos.
Pero la solución a la contaminación de material particulado tiene varias aristas, y el punto de inicio es la eficiencia de las viviendas. En Aysén ya tenemos una normativa de eficiencia térmica excepcional al resto de Chile y acorde a nuestras condiciones territoriales: el Plan de Descontaminación Atmosférica de Coyhaique, que en su artículo 25 establece como obligatorio un estándar para las viviendas existentes en la zona saturada.
Nuestra meta es aplicar este plan no solo en Coyhaique, sino también en todas las comunas de la región de Aysén, porque esta crisis del aire no solo afecta a la capital regional. También es importante que el Estado asegure y disponga del subsidio de aislación térmica con rapidez, respondiendo a la demanda comunal, sin burocracia, sin requisitos socioeconómicos, incluso sin requisitos de regularización a las viviendas autoconstruidas.
Se requieren planes de descontaminación eficientes, con una cifra adecuada de recambio de calefactores que incluya los colegios, servicios públicos y empresas, la implementación de sistemas de calefacción distrital y el incentivo para el uso de energías renovables.
Coyhaique y la región de Aysén no pueden seguir esperando. Nuestros niños y adultos mayores requieren una reacción política rápida y decidida, porque las temperaturas cada vez son más bajas y falta muy poco para llegar a agosto, mes en que aumentan los casos de enfermedades respiratorias.
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