SEÑOR DIRECTOR:
La reciente declaración de la ministra de Salud, Ximena Aguilera, sobre la insuficiencia del presupuesto para cubrir los gastos hospitalarios hasta fin de año, confirma lo que muchos en el sector temíamos: la crisis financiera del sistema de salud es incontrolable. La deuda hospitalaria ha crecido un 147% en un año, alcanzando los 112 mil millones de pesos, lo que ha vuelto la situación insostenible.
La compra de servicios privados no soluciona el problema, pues las deudas con proveedores aumentan, retrasando incluso las remuneraciones de médicos, quienes están abandonando sus puestos en el sistema público, agravando la falta de atención y poniendo en riesgo la vida de los pacientes. Un claro ejemplo es el Hospital Carlos Van Buren, en Valparaíso, donde varios pabellones están paralizados por falta de recursos.
Es importante tener presente que no estamos hablando solamente de las listas de espera u otros procedimientos programados, sino que esta situación también afecta la oportunidad de atención de pacientes de urgencia.
La crisis actual refleja la necesidad urgente de una reforma que asegure un financiamiento adecuado y estable. Los recursos adicionales anunciados por el gobierno no serán suficientes si no se implementan medidas estructurales.
Estamos ante un sistema de salud que requiere atención inmediata por parte del Estado y el Congreso para evitar el colapso, es la única alternativa antes de que este paciente en estado crítico se quede sin opciones de cura.
Allan Mix V.
Presidente Sociedad Chilena de Medicina de Urgencia (SOCHIMU)
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