Por Carolina Schmidt, ministra del Medio Ambiente
El cambio climático es el mayor desafío que tenemos como humanidad y enfrentarlo es un deber ético. Por eso es tan relevante lo que Chile y UK lanzaron en el encuentro global del World Economic Forum en Davos: “Race to Zero Breakthroughs”, un ambicioso plan que propone metas y métodos específicos para la transformación de 27 sectores de la economía mundial, clave para alcanzar la carbono neutralidad al 2050 (CN2050) como nos pide la ciencia, y enfrentar así los efectos del cambio climático.
Esta iniciativa, liderada por ambos climate action champions, Gonzalo Muñoz (COP25) y Nigel Topping (COP26), establece metas de corto y mediano plazo, con “cambios tecnológicos, modelos de negocio y propuestas empresariales” capaces de activar en 27 sectores la exponencialidad que ya se está viendo en muchos ámbitos de la economía. Los breakthroughs son los puntos de inflexión, es decir, las condiciones para que cada sector llegue a un momento de no retorno en su transformación hacia las cero emisiones netas.
Una de las metas declaradas por ambos champions es que, para la COP26, un 20% de los principales actores de al menos 10 de los 27 sectores participen formalmente en la campaña global “Race To Zero”. Con ello se espera multiplicar por 10 los participantes de la Alianza de Ambición Climática CN2050 lanzada por Chile como presidencia de la COP25 y que por primera vez reúne a estados, ciudades, empresas, inversionistas y universidades comprometidos con la carbono neutralidad y resiliencia al 2050.
Hoy, la Alianza de Ambición Climática CN2050 ya suma más de 2.600 miembros y compromete alrededor del 63% del PIB del mundo, cifra que todo indica seguirá creciendo este año. Asimismo, cuenta con más de 14 trillones de dólares en inversionistas y dueños de activos financieros que solo invertirán en empresas y proyectos con planes específicos para alcanzar esta meta. Esto es un tremendo gatillador del cambio, ya que las empresas que no modifiquen sus sistemas productivos comenzarán a ver afectadas sus posibilidades de financiamiento.
Uno de nuestros objetivos es que a partir de esta alianza global logremos que al 2030, el 30% de la participación en la electricidad mundial sea a partir de generación solar y eólica, y el 60% de cualquier fuente renovable.
Chile como presidencia de la COP25 ha sido uno de los más activos impulsores de la acción climática global y nacional. En el prestigioso ranking mundial climático del Germanwatch Institute, ocupó el noveno lugar del mundo en desempeño frente al cambio climático. No solo fuimos pioneros en nuestro compromiso con la CN2050, sino que alcanzamos la meta de 20% de nuestra matriz energética en base a energías renovables no convencionales cinco años antes que lo establecido.
Nos queda un largo camino, qué duda cabe. Pero vamos bien encaminados y el mundo lo está reconociendo. La crisis que enfrentamos es una tremenda oportunidad para volver a crecer y desarrollarnos, pero esta vez de manera sustentable.
