¿De cargo del empleador?

SEÑOR DIRECTOR:

Hace dos décadas, ya era evidente la necesidad de subir la tasa de cotización previsional. Y desde entonces la izquierda ha insistido en que ese aumento debía ser de cargo del empleador, por la anomalía de nuestro sistema, en que ese aporte era bajísimo. Esa lógica, válida en los esquemas de reparto preferidos por la izquierda, deja de serlo en un sistema de capitalización. Son aportes del trabajador porque son de su propiedad, van a sus cuentas, y lo que hace la política pública, producto de la miopía sobre el futuro, es mandatar a los trabajadores a disminuir su consumo presente para financiar un mayor consumo futuro, favorecido por los retornos. Lamentablemente, los defensores de la capitalización se compraron el discurso de la necesidad de una cotización del empleador, y ahora vemos cómo gran parte de los efectos fiscales y laborales negativos de la reforma se producen por eso.

La mayoría entiende que da lo mismo uno u otro, porque finalmente lo paga el trabajador. Sin embargo, se paga de distinta forma, y en una economía estancada, la cotización de cargo del empleador resulta más perjudicial. En los contratos existentes, el empleador asume todo el aumento, lo que hace en parte con menores ajustes reales de remuneraciones, y menores utilidades (pagando también menores impuestos, deteriorando las finanzas públicas). Para empresas con bajos retornos, esto puede significar su reducción de planilla, generando desempleo, o incluso su cierre, todo en función del crecimiento económico. Para los nuevos contratos, es más probable que los mayores costos se reflejen en sueldos, pero también en menores contrataciones.

Sin embargo, existe un grupo de trabajadores que no pagan este aumento de costos laborales ni con menores reajustes o sueldos, ni con pérdida de puestos de trabajo; son el millón de funcionarios públicos. Este es, sin duda, el mayor costo fiscal de la reforma, que debemos pagar todos los chilenos, y que genera los temores de la sostenibilidad fiscal de la misma.

Nada de lo anterior hubiera pasado si la reforma en forma muy gradual hubiera instado a los trabajadores a aumentar su ahorro para pensión con una mayor cotización. Lamentablemente, no supimos explicarlo.

M. Cecilia Cifuentes H.

Directora Centro de Estudios Financieros

ESE Business School