De esto no saldremos sin una buena comunicación
Por Eduardo Arriagada, decano de Comunicaciones, UC
Es evidente que en Chile la estrategia de la cuarentena dinámica hasta ahora está funcionando, si nos atenemos a los números. Sobre todo si nos comparamos con los saltos exponenciales de países del hemisferio norte. Todavía tenemos enfermos críticos y víctimas acotadas que nuestro sistema de salud está pudiendo manejar.
Y también está a los ojos de todos que este aparente éxito le devolvió al gobierno una capacidad de gestión que había perdido tras el estallido social.
El gobierno sabe que manejar bien esta crisis es su oportunidad. Su desafío es lograr convencer a la población de que todos forman parte de la solución, que la suma de las acciones de cada uno, como en una cadena, lograrán estabilizar la curva. Si sus mensajes, si su comunicación es contradictoria, partidista, poco clara, no logrará persuadir a la gente y los errores comunicacionales esta vez se traducirán en contagiados y vidas humanas.
La confianza se alcanza con cifras al día, creíbles, transparentes, dándolas todas. De lo contrario se da cabida a rumores y estos alimentarán las noticias falsas. Hablar de guerra, por ejemplo, no es aconsejable cuando de lo que se trata es de aunar, menos cuando no han pasado ni cinco meses desde que ese término se relacionó con la explosión social.
La solución pasa por convocar, no por competir. La mesa social debe ser una prioridad, sus integrantes deben validar las cifras de fallecidos y enfermos para que los números puedan seguir siendo confiables. La contradicción no ayuda, hablar de la nueva normalidad cuando se había adelantado que las semanas que venían iban a ser las más difíciles, hace desconfiar. Solo hay que mirar hacia Italia o España para ver cómo la llegada de los virus sincicial e influenza mantendrá el problema hasta septiembre.
Nada más distante de un gobierno que necesita construir confianzas que volver a hablar de guerra, no solo porque necesitamos esta confianza ahora para enfrentar la pandemia, sino porque se va a necesitar para cerrar el conflicto todavía latente del estallido social. Los desafíos que Chile tiene deben resolverse de forma colaborativa, "el liderazgo para los nuevos retos tiene que ser cooperativo y de aprendizaje, de esto solo nos va a sacar la inteligencia compartida, no tanto la autoridad monopolizada", como afirma Daniel Innerarity.
La ruta lógica la está mostrando Briones con su comunicación en el conflicto social y en la pandemia, con su talante y tono moderado. No abusa de cadenas nacionales de televisión, sino que conversa en las redes con sus hilos explicativos.
Concuerdo con aquellos comunicadores como la profesora de la complutense María José Canel que creen que hoy se necesitan líderes que sepan gestionar la energía de la sociedad y hacerse presentes en las redes sociales.
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