Decidiendo para un futuro mejor: haciendo frente al terremoto educativo desde las escuelas y liceos
Por Francisco Gallego, Pontificia Universidad Catoělica de Chile y J-PAL; y Christopher Neilson, Princeton University y J-PAL
Estamos en un momento muy delicado para los sistemas educativos de muchos paiěses. Independientemente de lo que suceda con las nuevas variantes de Covid-19 nuestras niñas y niños pasaron un tiempo prolongado en que el proceso educativo se interrumpió de modo sustantivo. A pesar de los esfuerzos tenaces de las comunidades educativas y familias, existe evidencia de que las consecuencias negativas en logros educativos, socialización, desarrollo afectivo, salud mental y física son grandes y nos acompañarán por un tiempo. Esto sucede incluso en los países desarrollados con muchos recursos disponibles.
Como sociedad debemos tener un sentido de urgencia. Hay que actuar pronto y usando programas con evidencia. Esto requerirá recursos adicionales y creatividad. Pero la urgencia no la podemos perder. En esa línea, en conjunto con el Ministerio de Educacioěn de Chile, la ONG Consilium Bots y J-PAL, piloteamos entre octubre y diciembre del 2021 el programa “Decidiendo para un Futuro Mejor” (DFM Chile, ver j-p.al/evento_dfm). Este programa busca aumentar la retención escolar y mejorar las decisiones de los estudiantes a través de la entrega de información sobre el valor y los beneficios de completar los estudios secundarios, las oportunidades de la educación superior, los medios de financiamiento y un plan con estrategias para finalizarla.
DFM Chile se basa en programas similares que implementamos con resultados exitosos en evaluaciones a escala en República Dominicana y Perú, que fueron destacados internacionalmente recién por un panel internacional e interdisciplinario convocado por el Banco Mundial como ejemplos de políticas públicas que permiten mejoras en educación a bajo costo. Sin embargo, a diferencia de estos programas, en que los contenidos se transmitían en forma presencial, el piloto en Chile se realizó en una plataforma digital interactiva. Este nuevo formato permite la participación remota de estudiantes y docentes en un contexto de Covid-19 y, aún más importante, facilita aumentar la escala del programa y extenderlo a poblaciones de más difícil acceso a un bajo costo marginal.
Aplicar este programa en formato piloto es importante porque nos permite ir avanzando en conocer sus logros y mejorarlo, para así poder escalarlo en un formato que sea robusto. Esta aproximación es relativamente nueva en el mundo de las políticas de educación, donde muchas veces se hacen cambios sistémicos antes de probarlos y calibrarlos a las realidades educativas locales. A partir de los resultados de implementación hemos logrado importantes aprendizajes: (i) dado su formato digital, la intervencioěn puede aplicarse en el contexto de pandemia y es prometedora en teěrminos de escalabilidad; (ii) el programa tuvo una buena recepción y 158 establecimientos colaboraron en la evaluación: 101 fueron asignados al grupo de tratamiento y 57 al de comparación; (iii) 6.606 estudiantes de 73 establecimientos participaron en el programa de modo muy activo (como referencia en el programa de Perú solo un 33% de las escuelas participaron en el primer año de implementación); (iv) los estudiantes encuestados como parte del programa declararon aspirar a completar estudios superiores, pero un porcentaje considerable no tiene seguridad de poder lograrlo y ; (v) los resultados preliminares sugieren que existen brechas de información que el programa puede a ayudar a corregir.
En suma, este es un ejemplo de un programa de costo bajo que, de modo silencioso, creativo y desde las comunidades educativas puede ir aportando a enfrentar los tremendos desafíos educacionales que enfrentamos como sociedad. No podemos seguir esperando.
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