Deportaciones masivas

Protest against arrests and deportations of migrants by U.S. government agencies, in Los Angeles, California
Deportaciones masivas. REUTERS/Daniel Cole


SEÑOR DIRECTOR:

Las recientes deportaciones masivas en EE.UU. me preocupan profundamente, no solo por lo que significan en ese país, sino porque en Chile hemos visto situaciones similares. He tenido casos en los que ni siquiera he podido defender a una persona porque la deportan de una noche para otra en aviones comerciales, sin tiempo para recurrir ni revisar su situación.

Si bien promuevo una migración ordenada y legal, la realidad es que muchas personas en situación irregular no lo están solo porque ingresaron por un paso no habilitado, sino también porque sus visas fueron rechazadas injustificadamente o porque el sistema ha fallado en considerar su situación particular. Trabajo hace años con migrantes y he sido testigo de cómo, en muchos casos, son víctimas de decisiones arbitrarias y errores administrativos.

Cada caso es un mundo. La expulsión de una persona no puede resolverse sin evaluar su arraigo en el país, especialmente cuando tiene hijos, cónyuge o pareja. Separar familias va en contra de lo que protege nuestra Constitución y los tratados internacionales de derechos humanos.

Muchas de estas personas no solo buscan una vida mejor, sino que se han visto forzadas a migrar. Es urgente equilibrar las políticas que propendan a una migración ordenada con el respeto a los derechos fundamentales. Las deportaciones masivas no pueden ser la respuesta.

Vanesa Jabbaz Rosenbaum

Abogada en Migramos Contigo y Tándem abogados

Profesora Derecho Civil Universidad de Chile

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