Deportistas chilenos
SEÑOR DIRECTOR
La "raza chilena" no es pródiga en deportistas destacados. Ésta es una realidad indesmentible que, lamentablemente, nos ha conducido a extremos insólitos, como el recordado fraude de los pasaportes de los futbolistas, hecho vastamente condenado.
Un deportista es el resultado de una preparación adecuadamente conducida, pero facilitada por condiciones innatas, que son las que nosotros echamos de menos; y, por ello, remontándonos a décadas y décadas, invocamos a Manuel Plaza, Anita Lizana, a Arturo Godoy, a Marlene Ahrens, para culminar en Iván Zamorano o el "Chino" Ríos.
Los tiempos actuales, empero, bajo el influjo de una absurda reforma constitucional de comienzos de este siglo, han abierto los apetitos: nos entusiasma convocar a la selección de básquetbol, a un jugador que nunca pisó Chile; lo propio con una tenista; olvidando que el empeño cubano en mejorar a sus atletas ha constituido, históricamente, una modalidad propagandística de ese régimen dictatorial, exhibimos los logros de un atleta cubano nacido y formado en ese país; y, ahora, bajo este respaldo constitucional que tranquiliza los espíritus, no vacilamos en convocar como arquero de la selección de fútbol a un notable guardavallas argentino -en este momento, el mejor de ese medio-, con más de 31 años de edad, a pretexto de ser hijo o nieto de un chileno.
¿Hasta cuándo nos hacemos trampa?
Raúl Tavolari Oliveros
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