Derecho a la salud. otra oportunidad perdida
SEÑOR DIRECTOR:
El borrador constitucional consagra el derecho a la protección de la salud, tanto física como mental. Esto implica que el Estado debe asegurar un acceso equitativo y oportuno a medidas de promoción, prevención, recuperación y cuidado de la salud, además de la rehabilitación a lo largo de la vida. Asimismo, se prevé la creación de un plan de salud universal, que será definido por ley.
Lo esencial de la propuesta constitucional radica en su amplitud y modernidad en la comprensión de los desafíos que el Estado debe asumir para cumplir con estos derechos.
Sin embargo, a continuación, se añaden algunas definiciones sobre quiénes deben proporcionar los servicios de salud, cómo se financiarán y cómo se organizará este sistema. Este añadido podría haberse reducido sustancialmente, pues estos detalles son asuntos que deberían abordarse en leyes, lo cual dejaría más margen para el debate democrático en el Congreso y permitiría definir el modelo de salud del país según las mayorías que se den en el tiempo.
Lamentablemente, se ha perdido otra oportunidad de lograr consenso sobre este derecho fundamental. Además, se podría haber cumplido con el principio de construir una casa para todos: aquellos que apoyan un sistema mixto amplio en el que se ejerza la libertad y aquellos que abogan por un sistema único de salud de carácter estatal.
Es importante recordar que en el proceso anterior se intentó hacer lo mismo cuando la izquierda quiso anclar en la Constitución un modelo de sistema de salud único de carácter público, lo cual fue claramente rechazado por la ciudadanía.
Siendo un derecho fundamental importante, el agregado sobre financiamiento, funcionamiento y operación podría haberse evitado, logrando así una Carta más breve, inclusiva y beneficiosa para la democracia de nuestro país.
Héctor Sánchez
Director ejecutivo, Instituto de Salud Pública UNAB
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