Derecho a la vivienda arrendada
SEÑOR DIRECTOR
En su reciente columna el arquitecto Iván Poduje cuestiona las razones y legitimidad del arriendo subsidiado, presentando una versión sesgada por cuanto elige al inversionista “que captura la plusvalía” para apoyar el argumento, pasando por alto que hoy esas inversiones son también opciones para la clase media emergente. Por otro lado, los guetos en altura de Estación Central revelan que existe una necesidad creciente que no puede ser resuelta solo con el subsidio a la vivienda propia.
Entre los países más desarrollados de la OCDE, el derecho a la vivienda no implica la vivienda propia. En Australia, con uno de los mejores estándares de calidad de vida, “el sueño de la vivienda propia” se refiere a la capacidad de adquirir la vivienda de forma privada, ya que el Estado solo asiste con subsidio al arriendo. En Suecia, la mayoría de las viviendas son para el arriendo y esto puede ser de por vida. En estos países sus exitosas políticas responden a la competitividad, respeto por las leyes y robusta participación de los sectores público y privado.
El arriendo subsidiado es una respuesta real para la crisis habitacional del Chile de hoy. Sin embargo, a falta de una política de población responsable donde se equilibren y respondan de forma conjunta a las necesidades de vivienda, salud, educación y empleo, ninguna propuesta habitacional podrá ofrecer una solución sustentable en el tiempo. Las periferias de nuestras ciudades demuestran que el subsidio a la casa propia, por sí solo, no resuelve la pobreza, ni mejora la calidad de vida de sus habitantes.
Beatriz Maturana Cossio
Arquitecto. Académica Universidad de Chile