Destrabar el proyecto de ley de sala cuna
No es comprensible que el proyecto, cuya urgencia e importancia concita apoyo transversal, lleve más de dos años de discusión en el Congreso.
La reactivación económica es prioritaria durante este 2021 y, como parte fundamental de este propósito, es necesario recuperar los niveles de participación laboral femenina. Para lograrlo, es importante perfeccionar el plan de subsidio al empleo y destrabar el proyecto de ley de sala cuna.
Con el objeto de hacer más atractivo el subsidio a la contratación de mujeres, se plantea la idea de aumentar su monto y optimizar su diseño. Pero, indefectiblemente, esta propuesta debe ir acompañada de medidas que posibiliten la reapertura de los establecimientos educacionales y de políticas públicas que permitan a las trabajadoras regresar a sus funciones y buscar empleos.
En este sentido, no es comprensible que el proyecto de sala cuna, que apunta justamente en esta dirección y cuya urgencia e importancia concita apoyo transversal, lleve más de dos años de discusión en el Congreso.
Las mayores trabas para su aprobación se han centrado en el monto del aporte fiscal y el carácter universal del beneficio. Por tanto, la revisión de los esquemas de financiamiento en países OCDE resulta relevante, ya que refleja la congruencia hacia elementos como la existencia de copago, de focalización y de asignación de mayor importancia al segmento de cuidadores profesionales.
Según detalla el informe de Clapes UC sobre financiamiento de salas cunas en países desarrollados, en lo que respecta directamente a los centros de cuidado y/o educación temprana, la experiencia internacional sugiere que la discusión debe centrarse en la universalidad de la calidad de las salas cuna, públicas y privadas.
Actualmente, el proyecto de ley otorga un beneficio de 5,15 UTM ( $263 mil aproximadamente), suma que no alcanzaría a cubrir el costo promedio de una sala cuna particular a nivel nacional, que, en general, está por sobre los $330 mil. Por tanto, la universalidad deseada es difícil de alcanzar y la alternativa de pasar a un esquema en donde el empleador pague la diferencia es una mala idea – particularmente en el escenario actual- ya que vuelve a generar una carga de costo en las mujeres, desincentivando su contratación.
En atención a esto y ante el poco espacio para aumentar el monto del aporte fiscal y otorgar derecho a sala cuna universal de calidad, la mejor alternativa parece ser la focalización, centrada en los niños, que fomente la contratación formal y contemple gradualidad en el aumento de la cobertura.
Los servicios de cuidado infantil de calidad son un derecho de los niños, una necesidad de las familias y representan el interés de la sociedad por promover la natalidad y la incorporación de la mujer al trabajo. Argumentos más que suficientes para priorizar el logro de los consensos que permitan la pronta aprobación del proyecto de ley de sala cuna.
Karin Moore
- La autora es investigadora de Clapes UC y profesora en la Facultad de Economía y Administración UC