Diálogo constitucional aquí y ahora
En Chile nunca hemos tenido un verdadero diálogo ciudadano sobre la Constitución. Ni el proceso participativo de Michelle Bachelet el 2016, ni los cabildos ciudadanos del año pasado se trataron estrictamente de la Constitución.
El proceso constitucional actual tampoco lo contempla.
No se trata de desconocer lo valioso que son esos espacios de diálogos formales o informales en que participa la ciudadanía. Más de 200.000 personas participaron el año 2016 en cabildos regionales, provinciales y encuentros locales autoconvocados. Fue un ejercicio de diálogo necesario para una primera etapa, pero no es un auténtico diálogo constitucional, que a nuestro juicio se requiere con urgencia ahora.
En dicho proceso participativo se abordaron ideas y principios como la justicia, igualdad, democracia, respeto de la naturaleza y medio ambiente, descentralización; prioridades sociales, como el derecho a salud, educación, vivienda digna o seguridad social; así como también los deberes y responsabilidades e instituciones.
En el fondo, se trató sobre conceptos amplios y valores transversales, que si bien enriquecen el debate constitucional, no permiten generar una verdadera confrontación de ideas. De hecho, es difícil pensar que alguien no estaría de acuerdo con los principios o prioridades sociales recién mencionadas.
Es necesario un diálogo ciudadano auténticamente constitucional, sobre qué dice o no dice la Constitución y qué cosas se pueden hacer, qué cosas no, y por qué. Eso permitirá que los ciudadanos seamos en serio parte del proceso, que sepamos con claridad qué podemos esperar del proceso constitucional, y qué asuntos no se resolverán ahí.
No se trata de excluir los sueños y anhelos de toda la discusión pública, sino de abordarlos en el espacio que corresponda. De separar aguas entre lo constitucional y lo no constitucional. Necesitamos seguir conversando en otro lugar sobre un nuevo pacto social, que no solo tiene que ver con cambios constitucionales, sino con el trato que tenemos entre las personas, con el espacio que ocupa el trabajo en nuestras vidas y el que ocupa nuestra familia, sobre segregación urbana, y muchos otros temas que son de interés de la mayoría de los chilenos.
La propuesta entonces es que retomemos el trabajo que comenzó el gobierno de la expresidenta Bachelet, así como los "Diálogos ciudadanos" impulsados por este gobierno, y realicemos una segunda etapa de participación ciudadana, unos verdaderos “diálogos constitucionales”.
El gobierno tiene la oportunidad de liderar esta segunda etapa participativa, y no solo actuar como un garante del proceso constitucional.
El nuevo pacto social, por su parte, lo seguiremos discutiendo en la sociedad civil, porque es un asunto que trasciende la política y el Estado, y en el que las personas jugamos un rol decisivo.
*Columna escrita por Alejandro Fernández, director ejecutivo de la fundacion Pacto Social.
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