Donaciones de órganos
Señor director:
Solidarizamos con el doble dolor de la familia de Joaquín Bustos que, junto con perder un ser querido debieron lamentar que se perdieran los órganos que había decidido donar.
Se trata de una grave negligencia del Estado que atenta contra la credibilidad del feble sistema que tenemos y desincentiva a los potenciales altruistas que optan por dar vida si les llega la muerte.
De las 2.500 personas que esperan un trasplante, 500 requieren hígado, corazón, pulmón o páncreas. Un 30% de ellos fallecerán este año si no lo obtienen. Joaquín pudo salvar a cuatro.
En la Comisión de Salud del Senado hemos impulsado diversas iniciativas legislativas –donante universal, donación cruzada y donante altruista- destinadas a incrementar el número de donantes que hoy es solo 6,7 por cada millón de habitantes, lejos de los 20 de Argentina, o los 23,7 de Uruguay y de los 45 de España.
A esas cifras no llegaron por casualidad sino porque crearon un completo sistema para cubrir con éxito todas las etapas del complejo y contradictor proceso de transformar el dolor en alegría y la muerte en vida.
Debemos imitar esos modelos y por eso –junto al mundo científico y académico- estamos elaborando una ley que crea la "Organización Nacional de Trasplantes", una entidad central que deberá empoderarse administrativa y legalmente para coordinar los eslabones de esta cadena de vida. Esto implica tener en los recintos asistenciales sistemas de alerta ante potenciales donantes, neurólogos permanentes que constaten la muerte cerebral, camas UCI para el donante, cirujanos extractores multiorgánicos, traslado expedito y un gran Centro de Trasplante Multiorgánico con la tecnología necesaria para culminar felizmente el proceso.
Esto requiere recursos y voluntad política, por eso le pediremos al Ejecutivo que patrocine la normativa y le ponga urgencia legislativa.
Guido Girardi
Senador
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