Economía chilena: acertado diagnóstico del FMI
Entre otros aspectos, el Fondo alerta sobre la importancia de recuperar el crecimiento para hacer frente a las urgencias sociales, asegurar la sostenibilidad fiscal y hacerse cargo de los desafíos futuros que impone el envejecimiento de la población.
Con motivo de su última visita, el Fondo Monetario Internacional (FMI) remarcó el sentido de urgencia de impulsar el crecimiento potencial, mejorar la situación fiscal, avanzar en la reforma de pensiones como también en reforzar la resiliencia del sector financiero, todo lo cual configura un mapa que, además de resumir acertadamente los principales problemas del país, supone a la vez una hoja de ruta para el gobierno.
Si bien el FMI reconoció que la economía chilena se ha logrado estabilizar, los riesgos han aumentado, en particular en el frente externo, por la alta volatilidad de los precios de las materias primas, pero también en el ámbito interno, donde se mantienen las preocupaciones por la seguridad y la polarización de la política, lo que está obstaculizando el avance de reformas importantes para el desarrollo del país.
Respecto del impulso económico, el FMI plantea que para hacer frente a las urgencias sociales, recuperar la sostenibilidad fiscal y hacerse cargo de los desafíos futuros que impone el envejecimiento de la población, se requieren cambios estructurales que agilicen y profundicen el crecimiento, justamente uno de nuestros flancos más débiles. Entre otras medidas, propone agilizar las solicitudes de inversión y evaluaciones ambientales para aumentar la inversión, así como mejorar la productividad y aumentar la participación de las mujeres en el mercado laboral.
En materia fiscal, el FMI advierte que es probable que no se cumpla la meta de balance fiscal para el 2024 como también el 2025 por un margen de US$ 3.500 millones (1 punto del PIB), lo que de concretarse implicaría acumular tres años consecutivos de incumplimiento de las metas fiscales. Por lo tanto, señala el organismo, es importante que el Ejecutivo continúe realizando ajustes al gasto corriente durante el 2025, en caso de que los ingresos sean inferiores a los proyectados.
Al mismo tiempo alienta al Ejecutivo a impulsar medidas que permitan la consolidación de las finanzas públicas por un punto del PIB, como también a no comprometer gastos permanentes antes de haberse materializado la mayor recaudación de la ley de cumplimiento tributario. Asimismo, propone unificar los programas sociales, lo que podría mejorar su acceso, cobertura y eficacia para llegar de una manera más eficiente.
Un aspecto que convendría subrayar especialmente es que, de acuerdo con el FMI, los retiros de fondos de pensiones y el aumento de la deuda pública han reducido la profundidad del mercado de capitales en Chile, aumentando su volatilidad y sensibilidad a shocks, lo que ha llevado a una mayor dependencia de mercados externos. Y siguiendo esa argumentación, un alza en la tasa de cotización, tal como plantea la actual reforma de pensiones, podría fortalecer el ahorro interno y los mercados financieros locales.
Si bien los desafíos señalados por el FMI son conocidos por las autoridades, una de las principales trabas para avanzar ha sido la fragmentación del sistema político, que promueve la polarización y no los acuerdos. La reciente propuesta impulsada por un amplio espectro de las fuerzas políticas en el Senado, a pesar de no tener un efecto inmediato en la próxima elección, podría ser un primer impulso para acelerar la agenda económica, de pensiones y seguridad.
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