Educación ambiental y la sociedad del Siglo XXI
Por Carolina Flores, Decana Facultad de Educación, Universidad Alberto Hurtado, y Diego Urrejola, Director Ejecutivo Fundación Cosmos.
El Día Internacional de la Educación Ambiental que se celebra cada 26 de enero, nos recuerda la importancia de avanzar hacia un sistema educativo que forme ciudadanos conscientes de la unión indisoluble entre la sociedad y la naturaleza; relación de la cual estudiantes, docentes, y toda la comunidad educativa deben ser parte activa. La Facultad de Educación de la Universidad Alberto Hurtado y la Fundación Cosmos quieren hacer una contribución real a la política pública en este ámbito, a través de una investigación aplicada que busca comprender el aporte de la educación en la naturaleza a los procesos de aprendizaje, la formación de habilidades del siglo XXI, y la reducción de brechas. De paso, este proyecto cumple con el objetivo fundamental de mejorar la formación de docentes en el área de la educación en la naturaleza, de modo de esparcir este conocimiento a todo el sistema educativo.
La Asamblea General de las Naciones Unidas plantea que “… la educación es uno de los motores más poderosos y probados para garantizar el desarrollo sostenible”, relevando la importancia del vínculo entre el desarrollo sostenible, los derechos de las personas y su bienestar, y la reducción de las desigualdades. El desafío de la educación del siglo XXI es formar en capacidades y competencias que habiliten a las personas a adaptarse un mundo cambiante, teniendo como centro el cuidado de su entorno y la comprensión crítica de las problemáticas socioambientales a nivel global, nacional y local. Los niños, niñas y jóvenes deben no solo entender el mundo natural, sino también cuestionar las acciones humanas dentro de un contexto social específico. Estas capacidades y competencias se potencian en el aprendizaje en la naturaleza, escenario ideal para trabajar colaborativamente y generar comunidad, desarrollar un pensamiento sistémico y crítico, fortalecer el respeto y valoración por la diversidad en todos sus ámbitos, y comprender las relaciones e interconexiones existentes entre los sistemas naturales y sociales.
El compromiso del país con la educación ambiental se refleja en la implementación de diversos programas e iniciativas, principalmente a través del Ministerio de Medio Ambiente, la suscripción de compromisos internaciones como el Decenio de la Educación para el Desarrollo Sostenible 2005-2014, y la elaboración de la Política Nacional de Educación para el Desarrollo Sustentable. En materia educativa, la educación ambiental se incorpora en las bases curriculares de forma explícita en los Objetivos de Aprendizaje Transversales y en los objetivos de aprendizaje presentes en las diferentes asignaturas. No obstante, aún falta que la ejecución del currículo formal, internalice metodologías que permitan desplegar la educación en la naturaleza como una herramienta central del aprendizaje y de la formación de habilidades. Para ello, es necesaria una formación docente aplicada a los objetivos de la educación para el desarrollo sustentable, el vínculo de la escuela con su entorno, y la convicción de los espacios de aprendizaje y formación de habilidades se potencian enormemente en la naturaleza. Esperamos que nuestra iniciativa sea un real aporte a estos, los grandes desafíos de nuestro sistema educativo para la consecución de una sociedad que se desarrolle de manera sostenible e inclusiva.
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