Educación parvularia pospandemia

DIA DEL NIÑO


Por Ignacio Sánchez D., rector de la Pontificia Universidad Católica de Chile

Hemos realizado un seminario para analizar los efectos positivos de la asistencia de niños y niñas a la educación parvularia pospandemia. Los estudios han sido organizados conjuntamente por el Centro UC para la Transformación Educativa y el Centro de Justicia Educacional, con la colaboración de la iniciativa Educación Inicial 2030, la Fundación Choshuenco y el Centro de Investigación Avanzada de la Universidad de Chile.

En la UC tenemos la convicción de que la construcción de un futuro más promisorio para nuestra juventud pasa necesariamente por la educación, y en especial, por aquella de la primera infancia.

Por ello, nos hemos comprometido en la iniciativa “Juntos por una Educación Inicial de Calidad para el Futuro de Chile 2030″, que congrega a organizaciones no gubernamentales y distintos centros de estudios que buscan que Chile tenga una educación inicial de alta calidad al año 2030. Es solo a través de la colaboración entre los distintos actores, el diálogo informado y el trabajo permanente para mejorar políticas y prácticas de educación y cuidado de la primera infancia que alcanzaremos esta meta. En este marco, hemos querido aportar evidencia que nos permita reflexionar y entablar un diálogo sobre cómo la educación parvularia contribuye al desarrollo integral, y la forma de proyectar este nivel hacia el futuro.

La transformación de la vida social en el mundo producto de la pandemia por Covid-19 tuvo consecuencias importantes en las oportunidades educativas y de socialización de la educación parvularia. Una de ellas fue el impacto en sus posibilidades de desarrollo integral. Sin embargo, si bien es cierto que la pandemia generó dificultades en el sentido de mantener la regularidad de los servicios educativos presenciales durante este período, también nos permitió observar beneficios entre aquellos niños y niñas que sí pudieron tener una mayor regularidad en su asistencia durante la pandemia. Los resultados muestran que la asistencia colaboró con un mejor nivel cognitivo y del lenguaje y que los jardines infantiles representaron una significativa fuente apoyo a las familias. A la luz de los resultados de los estudios y encuestas realizadas, es evidente que la educación parvularia de tipo presencial contribuye a fomentar el desarrollo integral de nuestros niños.

Por lo tanto, pensar en su fortalecimiento para tener una oferta de educación parvularia diversa y de alta calidad para el año 2030 es algo alcanzable. No obstante, es necesario proyectar hacia el mundo posterior a la pandemia las formas que deberá tener la oferta y los procesos de la educación parvularia, a través de la evidencia, la colaboración y la incidencia en política educativa. A fines del año pasado, presentamos la iniciativa Educación Inicial 2030, con la que buscamos relevar la educación temprana como motor de desarrollo social, priorizando la educación inicial y la protección de la infancia. Estamos convencidos que la fraternidad, la justicia y la equidad son conceptos cuya construcción se forja en la primera etapa del desarrollo de la niñez, por esto, no debe ocuparnos solo lo cognitivo, sino también y muy especialmente lo socioemocional. Y es en esta etapa inicial cuando es clave el desarrollo de lo afectivo y la generación de vínculos estables. Sin duda lo cognitivo es importante, pero si no tenemos esta base de aprendizajes socioemocionales, será mucho más complejo desarrollar sus potencialidades.

El estudio también demostró que durante la pandemia la salud mental de las cuidadoras y madres se vio afectada de manera significativa. Hubo además tensiones que se originaron por las diferentes informaciones emanadas del área de salud y educación, sin embargo, el aprendizaje que se obtiene es que debemos extremar nuestros esfuerzos para asegurar la asistencia a la educación parvularia. Considerando todos los aspectos involucrados, planteamos que el trabajo colaborativo y en red de todos los actores, desde la academia, el Estado, las fundaciones y el sector privado es lo que permitirá finalmente relevar la función que cumple la educación inicial en el desarrollo de nuestros niños y niñas, para iniciar con la mayor calidad y pertinencia su educación y socialización para enfrentar el futuro. Desde las facultades de educación y sus centros de estudios, este es el camino y mensaje propuesto.

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