SEÑOR DIRECTOR:
El apagón del martes pasado expuso nuestra fragilidad de manera muy gráfica. Si hubo negligencia, la justicia debe operar con celeridad y rigurosidad. Algunos se han apurado, y rápidamente han propuesto una empresa estatal de electricidad como solución a los problemas que vivimos, asumiendo -con ingenuo optimismo- que gestionaría mejor el sistema, con menores costos y mayor transparencia que los privados.
La evidencia sugiere lo contrario. La experiencia reciente de Codelco no da cuenta de más efectividad: en los últimos diez años, la estatal ha pasado de representar el 29% al 24% de la producción de cobre nacional. De la misma forma, TVN se ha vuelto un pozo sin fondo, el que a 2024 acumula pérdidas por $82.269 millones. Tampoco los balones de gas del exministro Jackson dan cuentan de mejor eficiencia, los cuales resultaron varias veces más caros que en el mercado. Y las farmacias populares del exalcalde Jadue, las asignaciones de platas a Democracia Viva o las cuentas fiscales del ministro Marcel tampoco han dado muestras de mayor transparencia.
Nunca sabremos cuántas horas habría durado el apagón con administradores estatales, pero un mejor desempeño no es, en absoluto, un resultado seguro. Quizás la única ventaja de una eléctrica estatal sería evitar la clásica indignación performática del Presidente Boric ante estas crisis, pues difícilmente podría escandalizarse ante su propia negligencia.
Cristián Stewart
Director ejecutivo IdeaPaís
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