El apoyo a la Convención Constitucional

Convención Constitucional


Por Paula Walker, profesora Escuela de Periodismo Usach

Desde que se eligieron a quienes integran la Convención Constitucional, Chile ha presenciado su trabajo con cierta distancia. No existen datos exactos que grafiquen este sentimiento, pero tenemos aproximaciones para comprender el delicado momento que vive la Convención a ojos de la opinión pública.

En el plebiscito de 2020, un 51% de las personas habilitadas para votar expresaron su opinión. Quienes dijeron que querían cambiar la Constitución representan alrededor del 40% del universo que podía votar. Hay un 49% que no se manifestó en ese plebiscito. No sabemos sus razones, cuánto influyó la pandemia, pero pareciera no interesarles particularmente el tema y estar entregados a la idea de que no importa participar, que la vida seguirá siendo la misma, ya sea con la Constitución del 80 o una nueva.

Desde esa votación hasta hoy, el apoyo al trabajo de la Convención no ha despegado, sino más bien se viene deteriorando, según reportan estudios de opinión y encuestas disponibles. En julio de este año, según la encuesta Criteria, el apoyo a la Convención estaba en un 30%. En noviembre, la misma encuesta lo sitúa en un 29%. Quienes en mayo reprobaban su actuación (47%), en noviembre aumentaron a un 51%. La encuesta Tu Influyes preguntó por las expectativas al primer mes de funcionamiento de la Convención: un 55% de las personas consultadas dijeron que estaban muy por debajo o bajo sus expectativas, mientras un 45% dijo que estaba acorde e incluso por sobre sus expectativas. En noviembre, la misma encuesta redujo a 42% las expectativas positivas. En la encuesta Cadem de noviembre, la confianza en la Convención bajaba a un 44%, mientras la desconfianza alcanzaba un 55%. Sobre las emociones, en las encuestas prácticamente empatan aquellas positivas con las negativas: esperanza, alegría y tranquilidad no llegan al 50%, mientras incertidumbre y preocupación a veces supera a la mitad de las personas encuestadas.

¿Significa esto que está todo perdido en torno a la Convención? Claro que no, pero sí que hay una alerta roja. Quienes trabajamos en análisis de comunicaciones, política y contingencia, sabemos que la opinión pública está tironeada. Tiene el corazón dividido entre los cambios y la estabilidad, entre radicalizar y apurar cambios, o darle más tiempo a esos cambios para que se asienten en la sociedad. ¿Qué responsabilidad tienen las y los constituyentes? Trabajar sin perder de vista en qué contexto se desempeñan. Según la encuesta de Pulso Ciudadano de noviembre, hay un 53% que tiene mucha y mediana confianza en su trabajo, pero hay un 47% que no tiene nada de confianza en su trabajo.

Estos datos representan tendencias, no son exactos, pero dan pistas. La tarea mayor de las y los constituyentes es tenerlos en consideración y construir acuerdos con la mayor cantidad posible de personas. Quienes estén por imponer posturas irán quedando de lado, porque responder a la confianza de quienes los eligieron significa mejorar el país actual y hacerlo sobre la base de mayorías sociales.