El camino del samurai

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En una entrevista publicada en este medio, el exministro Ignacio Briones revela lo que era un secreto a voces: decidió votar nulo y no apoyar la opción de José Antonio Kast, a contrapelo de su propio partido. Hace ver que al final su sector terminó llamando a votar “en contra de” en vez de “a favor de” y eso llevó a la debacle. Por su parte, en un documento que circuló por varios grupos de whatsapp, el director del IES Claudio Alvarado hace una dura crítica a la derecha y la pérdida de relato, como causa principal del desfonde. Aunque en el inicio parte diciendo que la derrota del candidato del Partido Republicano tiene varias causas; en la parte cultural, pese al caudal de votos que algunos celebran, el sector está derrotado.

Como para darle razón a ambas voces, en la semana vimos un desfile de cuchillos largos en el todavía oficialismo, como solía pasar en los años 90. Lo único que cambió es la manifestación mediática: ahora son los matinales, y redes sociales los escenarios de las peleas que antes ocurrían en misas y restaurantes, pero el estilo es el mismo. La derecha chilena pareciera que no aprendió nada después de dos períodos en el gobierno y resuelve sus crisis al estilo de la película El Padrino, mandándose a matar mientras van a misa. Quizá debieran cambiar el repertorio cinematográfico, y escuchar a Jim Jarmush en “El camino del samurai”, donde reflexionaba que era imposible escapar del agua en una tormenta profunda, por más que buscara esconderse bajo cornisas.

Tanto Briones como Alvarado plantean que el camino de la derecha es simplemente afrontar la tormenta y asumir que hay que mojarse. El dilema entre orden y cambio ya fue resuelto por la ciudadanía, y quedarse con el supuesto éxito de José Antonio Kast es tan precario como refugiarse en una cornisa ante el vendaval de agua que vendrá. Su campaña se basó en el miedo a un supuesto comunismo, en defender exclusiones inaceptables para muchas mujeres, o apelar a una supuesta libertad económica, que fue leída por las personas como privilegios para los poderosos de siempre. No es casualidad, que a diferencia del presidente Piñera, JAK no caló en los sectores medios y menos en las zonas populares, donde las personas afrontaron las dificultades de transportes y fueron a votar en masa por el actual presidente electo.

Si la derecha mantiene el estilo de defender privilegios y negar servicios públicos mediante bulos, oleadas de matones digitales y un discurso del terror, como fue la tónica de la campaña, la derrota será por un largo tiempo. El camino es otro y no es en modo alguno asimilarse a lo que hará el futuro gobierno, sino ser escéptico de él como plantea Alvarado en su documento. Pero también colaborar en la búsqueda de acuerdos para una constitución razonable y asimilar que el país tiene un camino de no retorno en la provisión de bienes públicos, como lo ha hecho el propio gobierno del presidente Piñera con la campaña masiva de vacunación o su propuesta de ampliar el Pilar Solidario del sistema de pensiones.

La primera estación para ver cual derecha predominará es el plebiscito de salida y el texto de la Nueva Constitución. Si bien el futuro oficialismo tendrá mucho que ver pues tiene mayoría en la Convención, la disposición para un texto que represente a todo el país o la decisión de ir a las trincheras para resistir como propone José Antonio Kast y varios duros dará el tono por un largo tiempo.