El camino recorrido hacia un aire limpio

Santiago


Este lunes 7 de septiembre se conmemoró por primera vez el Día Internacional del Aire Limpio y los Cielos Azules, por lo que es un buen momento para reflexionar sobre los principales cambios que nuestro país está implementando para limpiar el aire. La descontaminación atmosférica es un proceso que requiere tiempo para implementar las transformaciones necesarias y mucha voluntad política, por los costos que implica.

El Ministerio del Medio Ambiente cumplirá 10 años en octubre y destaca como primer gran logro la publicación de la norma de calidad para Material Particulado (MP2,5) en 2011, que fue acompañada de la implementación de una extensa red de monitoreo y su puesta en línea. El MP2,5 era entonces el principal desafío en calidad del aire para nuestro país y se había tomado la decisión de enfrentarlo. No había vuelta atrás.

Para reducir los impactos industriales se publicaron dos normas emblemáticas: la de emisión para centrales termoeléctricas en 2011 y para fundiciones de cobre en 2013. Actualmente revisamos la norma de termoeléctricas, al mismo tiempo que se ha iniciado la descarbonización de la matriz energética, con el cierre de las primeras 11 centrales a carbón a 2025.

Las emisiones del transporte, relevantes en zonas urbanas de nuestro país, fueron abordadas por primera vez a nivel nacional en 2013 con la norma de emisión Euro 5 para vehículos livianos, medianos y pesados, lo que nos obligó a mejorar los combustibles vehiculares, reduciendo el nivel de azufre en gasolinas y diésel por debajo de 15 partes por millón. En esta misma línea, en 2019 se aprobó la norma Euro 6 para vehículos livianos y medianos, a la vez que se hacía realidad el sueño de contar con buses sin emisiones. Actualmente, RED cuenta con más de 700 buses eléctricos y más de 1.000 buses de tecnología Euro 6 en operación.

Pero el desafío más grande ha sido combatir el uso de leña para calefacción. Desde la Región Metropolitana hasta Aysén, el uso de leña para calefacción, sumado al pobre estándar de aislación térmica predominante en viviendas existentes, genera una gran emisión de contaminantes en el periodo de peor ventilación. Para migrar hacia una calefacción limpia, se inició un programa de recambio de calefactores en 2011, se publicó la norma de emisión para calefactores a leña en 2013 y se establecieron mayores exigencias de aislación térmica en las viviendas nuevas, así como subsidios de reacondicionamiento térmico para viviendas existentes.

A la fecha, hemos publicado 10 Planes de Descontaminación para el control del MP2.5 y estamos logrando avances: Santiago, después de más de dos décadas, ha logrado reducir cerca del 70% este contaminante, mientras que Coyhaique ha disminuido un 40% en la última década.

Aún nos queda mucho camino por recorrer, pero no se puede desconocer lo avanzado. La buena noticia es que todos los esfuerzos en descontaminación también contribuyen a nuestras metas de cambio climático y a nuestra ruta hacia la carbono neutralidad a 2050.