El comercio en 2022

Imacec sin minería lleva 8 meses de caídas consecutivas y refleja debilidad de la demanda interna.
Centros comerciales (imagen referencial).

"Estamos comenzando un nuevo ciclo político, con la redacción de una nueva Constitución y donde hay con consenso que las condiciones laborales se vuelven relevantes para todos".



El año que comienza sorprende al comercio como uno de los principales soportes del crecimiento del país. La caída del producto durante 2020 implicó un esfuerzo conjunto de diversos sectores y de todos quienes trabajan en ellos por la recuperación. El esfuerzo dio frutos y en un contexto de políticas públicas que entregó ayudas económicas, retiros de los fondos previsionales y una fuerza laboral que se levantó para enfrentar una pandemia que todavía no termina, el comercio destacó.

La industria demostró, entre otras cosas, su capacidad de adaptación para seguir operando pese a numerosas restricciones sanitarias, una faceta innovadora en la aplicación de estándares logísticos, tecnológicos y de gestión, que mantienen al comercio como el primer empleador del país. Y, además, este año el sector incidió fuertemente en el PIB durante todo el 2021, especialmente en el tercer trimestre, en el que lideraron las actividades de servicios y el aumento del comercio.

Para el 2022 las proyecciones son más conservadoras. Se estima una tasa de crecimiento no superior al 4%, por lo que el comercio deberá hacer un esfuerzo adicional para mantener sus niveles de actividad, empleo y ventas. Por ello, resultan preocupantes ciertas iniciativas legales que se tramitan actualmente en el Congreso, que podrían frenar al desempeño del sector y sobre las cuales los gremios y los empresarios no hemos hablado lo suficiente. Estamos comenzando un nuevo ciclo político, con la redacción de una nueva Constitución y donde hay con consenso que las condiciones laborales se vuelven relevantes para todos. Sin embargo, creemos que restringirles por “ley pareja” a todos los centros comerciales del país los horarios de cierre, una reducción de la jornada semanal y cerrar domingos y festivos, tiene consecuencias importantes para los trabajadores. Es necesario advertir que el escenario económico será complejo: alta inflación, bajo crecimiento, reducida inversión y la amenaza de la variante Ómicron (está restringiendo la actividad comercial en Europa), lo que podría resultar devastador para el sector.

Es importante que para establecer regulaciones a este sector se conozcan en profundidad sus peculiaridades, no se le discrimine con relación a otros rubros y se dialogue con el vasto y diverso mundo del comercio en Chile. La industria del comercio es una actividad que es el resultado de una sofisticada cadena de abastecimiento, logística, distribución y capacitación de los equipos humanos, donde predominan mujeres, jóvenes y también migrantes. Específicamente, en los centros comerciales el 57% de la fuerza laboral es femenina, el 90% tiene menos de 44 años y el 18% corresponde a extranjeros. De concretarse algunas las iniciativas que actualmente se tramitan en el Congreso, el comercio enfrentará tiempos difíciles, afectando severamente una de sus principales características: su capacidad de generar empleos formales y estables, tan necesarios en este tiempo de recuperación post pandemia, nuevo ciclo económico y político.

Katia Trusich

Presidenta Cámara Centros Comerciales