El día después de mañana
SEÑOR DIRECTOR:
Dar vuelta la página y que sea 12 de septiembre es quizás el sentimiento de gran parte del país. Como nunca antes, desde el retorno a la democracia, una conmemoración del Golpe de Estado había sido tan marcada por un ambiente donde la clase política ha estado tan polarizada. Esas ansias de conmemorar estas fechas con otro ánimo, no ha ocurrido. Las imágenes que hemos visto estos últimos días en el Congreso dan cuenta de ello. Acusaciones de un lado y del otro muestran que, lejos de ser una fecha de reflexión, estamos viviendo una instancia de separación. La expresidenta Bachelet es quizás quien mejor lo ha descrito: “ambiente tóxico”.
Es innegable que los chilenos tenemos distintas miradas y juicios sobre lo que ocurrió antes, durante e, incluso, después del 11 de Septiembre de 1973. Es por esta razón que el rol que debía tener el Presidente Boric para los 50 años era particularmente importante: actuar con mucha prudencia y no agregar más elementos a un país que vive desde hace tiempo una frágil convivencia.
Propiciar la salida, forzada por el Partido Comunista, del exconvencional Patricio Fernández, que lideraba las actividades conmemorativas; realizar una innecesaria alusión a Sergio Onofre Jarpa, fundador de RN; calificar de cobarde a uno de los condenados por el asesinato de Víctor Jara, luego de haberse quitado la vida y compararlo con la supuesta valentía de Teillier; emplazar a los dirigentes de oposición por no asistir a un acto al que no habían sido invitados, son solo algunos de los errores que no podía tener el Presidente dentro de este contexto.
En política, construir confianzas es un elemento fundamental para poder avanzar y desde el indulto a 13 delincuentes a finales del año 2022, éstas no han podido recomponerse. Hubiese sido ideal un pacto por la democracia firmado por todos los actores, pero lamentablemente para ello se requería un contexto adecuado.
Es la hora para enmendar un camino que pareciera ir equivocado. Como nunca antes son muchas las urgencias. Se necesita de un Primer Mandatario que entienda que gobernar requiere no solo hacerse cargo de las demandas de quienes ideológicamente son sus partidarios. Es buscar lo mejor para un país. Seguridad, salud, pensiones, y nueva Constitución son las urgencias que debieran propiciarse desde el Ejecutivo, con una mirada estratégica que unifique a todos los sectores. Todo lo contrario a lo que hizo para la conmemoración de los 50 años del 11 de septiembre.
Rodrigo Arellano
Vicedecano Facultad de Gobierno Universidad del Desarrollo