El difícil combate al comercio ambulante

SEÑOR DIRECTOR:

Uno de los principales temas que han debido enfrentar los recién asumidos alcaldes es el comercio ambulante, estando gran parte de la opinión pública atenta a lo que se dice, se hace o se deja de hacer en esta materia.

Según las últimas cifras de la Cámara Nacional de Comercio, publicadas en enero de este año, una de cada tres personas reconoce haber comprado en el comercio ambulante informal en los últimos tres meses, motivadas principalmente por el precio de las mercaderías y la cercanía de los puestos con los espacios públicos más concurridos.

Recientemente, un gran número de alcaldes ha manifestado su voluntad de torcer la tendencia del aumento del comercio ilegal, como, por ejemplo, en Puerto Montt, donde incluso se fijó un perímetro en el centro de la ciudad donde este comercio está absolutamente prohibido. Iguales ejemplos vemos con iniciativas promovidas desde comunas como Santiago, Independencia, San Miguel y Estación Central, en las que ya se inició una gestión que busca eliminar o al menos controlar este fenómeno.

Sin embargo, a poco andar han podido constatar que esta tremenda labor no depende solo de voluntades (y de operativos televisados), sino que implica un trabajo complejo, de largo plazo, donde exista una verdadera colaboración con los comerciantes establecidos y los vecinos, pero, sobre todo, un apoyo robusto por parte de la autoridad central.

Lamentablemente, dada la manera en que está regulada la fiscalización y la seguridad municipal, si los alcaldes no cuentan con el apoyo del Ejecutivo, sus acciones serán limitadas. La intervención de las policías y la coordinación efectiva con otros servicios colaboradores (como el SII, Aduanas y las Seremis) deben estar a cargo de una autoridad central. Sin embargo, dada la falta de señales políticas claras, parece que esto no sucederá en el corto plazo.

Sergio Morales Cruz

Coordinador de Seguridad y Comercio Ilícito CNC