El Festín de Wismar

Presidente Gabriel Boric
El Festín de Wismar. Jonnathan Oyarzun/Aton Chile


SEÑOR DIRECTOR:

En una notable escena del Nosferatu de Herzog, cuando la peste cubre de muerte al pueblo de Wismar, sus habitantes disfrutan lo que les queda de vida. Entre ratas y ataúdes, una familia festina con sus mejores trajes, platos y vinos. Uno de ellos invita a Isabelle Adjani señalando: “Todos tenemos la peste. Por primera vez nos alegramos por cada día que nos resta”. La celebración que el Presidente ha hecho de un crecimiento en 2024 de 0,1 puntos porcentuales por sobre lo esperado recuerda a esta escena.

El guarismo que celebra es un destello mortecino sobre un trasfondo sombrío. No indica un cambio de tendencia en el PIB, ni una mejora de la productividad. El promedio de crecimiento en lo que lleva de gobierno es de 1,8% anual, peligrando ser el más bajo desde el retorno a la democracia. Además, ¿esta escuálida sorpresa se produce por su obra o a pesar de ella? ¿Cuánto sería el crecimiento si hoy tuviéramos la Constitución que defendió al principio de su mandato?

El Presidente celebra un Festín de Wismar, porque como bien entienden en el segundo piso “en gestión no siempre puedes hacer tantas cosas así que hay que hacer espectáculo”.

Lucas Miranda

Faro UDD

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