El gran dilema: pandemia vs. empleo
Si el Covid-19 en algún momento se sale de control, es mejor que las autoridades anticipen desde ya qué significa revivir la economía en tiempos de pandemia.
Es claro que el coronavirus ha colocado al mundo frente a un dilema entre la salud y la economía. Esta semana, mientras la cifra de contagiados alcanzó a un millón de personas a nivel global -con más de 50 mil víctimas fatales-, solo en Estados Unidos se informó también que hubo un récord de 6,6 millones de peticiones de subsidio de desempleo, considerando que en la anterior ya se habían registrado otros tres millones de solicitudes.
Se trata de un dilema que nadie quiere asumir y que, hasta ahora, los gobiernos han intentado manejar en ambos planos: evitar más muertes y, al mismo tiempo, impedir la quiebra de la economía. Un desafío inédito en la historia, cuyo resultado es incierto. Tal como señaló The Wall Street Journal, si esto resulta, será un testimonio a la flexibilidad del capitalismo moderno y el ingenio de los gobiernos. Pero, lo más probable, es que muchas cosas salgan mal.
El punto es que la economía no tiene botón de pausa y la idea del distanciamiento social -hasta ahora lo más efectivo para evitar los contagios- es lesiva para la esencia de los mercados, que es el intercambio de bienes y servicios. Sin ingresos, muchas empresas se verán enfrentadas a la quiebra, lo que significará la pérdida más grande de empleos de que se tenga memoria en un lapso muy breve. Sin empleo la gente no podrá pagar sus cuentas y deudas, poniendo la situación económica en un estado terminal.
Esto ya está pasando en todo el mundo. La destrucción de empleos es monumental y se propaga mucho más rápido que el virus. Ya se han visto las cifras de Estados Unidos, pero también las de España que, con 124 mil contagiados, perdió 800 mil puestos de trabajo en marzo. En Chile veremos lo mismo. La última encuesta del Banco Central muestra que el 76% de las empresas afirma que reducirán su dotación. Algo que parecen tener claro los mismos trabajadores. De acuerdo con la encuesta Cadem de esta semana, el 51% de los consultados tiene temor a perder su trabajo, una cifra muy elevada e inédita para este tipo de mediciones.
Que la destrucción de empleos avance de manera tan acelerada habla de la magnitud del daño que está provocando ponerle pausa a la economía. Y abre dudas acerca de si después será posible revivirla en la forma como la conocíamos.
La única esperanza que se maneja hoy es que la crisis del coronavirus sea breve y que la economía mundial pueda salir del coma inducido a partir del segundo semestre. Ese es el escenario más optimista en todas partes y que se ancla en que la capacidad de la economía no estaría dañada, solo detenida. Y ahí todos apuestan a una recuperación rápida. En el caso de Chile, el Banco Central proyectó en ese escenario que la economía podría contraerse solo un 2,5% este año y rebotar fuerte el próximo.
Pero también todo puede salir mal. El Covid-19 podría expandirse más de lo proyectado, como está sucediendo, o rebotar, como ya temen en China. Y eso haría que la fórmula aplicada hasta ahora, detener la economía, pierda efectividad. Ya lo sabemos por la velocidad como se está deteriorando. Y, entonces, será imposible esquivar el dilema de la salud versus el empleo.
Como esto podría suceder en un horizonte de apenas un par de meses, es mejor que las autoridades comiencen a pensar qué significa revivir la economía en tiempos de pandemia. Qué sectores, qué personas podrían volver a sus trabajos; cómo serían las precauciones. Hay muchas cosas que analizar como para esperar más tiempo. Ya la crisis del coronavirus tomó por sorpresa al mundo y los costos en vidas están a la vista. El objetivo es que no ocurra lo mismo con la economía y el empleo.
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