¿El momentum del teletrabajo?

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A pesar de que 2020 fue un año sumamente complejo, donde el temor al desempleo llegó a un máximo histórico, los resultados del trabajo remoto fueron favorables. Esta práctica permitió evitar mayores contagios, mantener el empleo, instalar nuevas capacidades, mejorar la flexibilidad y evitar el cierre de las empresas.



Hoy casi la mitad de las personas que teletrabajan lo hacen desde el comedor de su casa. Según un estudio realizado por el think tank, Tren Digital, junto a la Universidad Católica, el 33% se conecta desde el living, un 8% en su auto y un 4% admite hacerlo desde el baño. Es que a partir de la pandemia, nos hemos adaptado paulatinamente al teletrabajo, aunque a veces improvisando. Hoy todavía nos encontramos en una transición algo abrupta desde las empresas a los hogares. Pero, ¿qué podemos proyectar para el escenario en el que nos encontramos?

Repasemos lo ocurrido en 2020. A pesar de que fue un año sumamente complejo, donde el temor al desempleo llegó a un máximo histórico, los resultados del trabajo remoto fueron favorables. Esta práctica permitió evitar mayores contagios, mantener el empleo, instalar nuevas capacidades, mejorar la flexibilidad y evitar el cierre de las empresas, en algunos casos incluso mejorando la productividad, acelerando la transformación digital a un ritmo inimaginado. De hecho, se estima que el 75% de las organizaciones planea mantener esta modalidad de trabajo una vez finalizada la pandemia.

Sin embargo, hay que tener presente que lo que vivimos durante 2020 en ningún caso fue teletrabajo, sino que respondió principalmente a la implementación del trabajo a distancia, en un contexto de excepción. Puede parecer de perogrullo, pero no es lo mismo haberse sumergido en esta modalidad con un plan organizacional trazado en el tiempo con expectativas, responsabilidades claras y seguimiento de desarrollo profesional versus la vorágine que provocó que -de acuerdo al informe Beneficios y Consecuencias del Primer Año de Teletrabajo en Chile- el 68,5% sintiera que trabajó más horas de lo que correspondía. Así, muchos se dieron cuenta de que el sueño de trabajar desde el hogar se cruzaba con las labores domésticas y de crianza sumada a la incertidumbre de la pandemia en sí misma.

¿Qué nos falta entonces para avanzar en esta materia? Por un lado, estamos en un momento clave para que las organizaciones den un giro a cómo lo han hecho hasta ahora. No basta con permitir que los colaboradores trabajen desde sus casas, deben contar con un plan con expectativas adecuadas, responsabilidades claras y seguimiento de desarrollo profesional. Es la manera para que la tan anhelada flexibilidad se oriente al potenciar el equilibrio profesional/laboral, beneficiando a todos los actores a mediano y largo plazo.

Hoy ya podemos iniciar un debate en torno al futuro del teletrabajo. Ahora contamos con nuevas herramientas y capacidades para seguir avanzando hacia un escenario laboral híbrido, que combine el trabajo presencial con reuniones virtuales y plataformas de colaboración. Así, este 2021 veremos que aquellas organizaciones que ya estaban digitalizadas doblarán esfuerzos, alineando la inversión tecnológica con soluciones dirigidas a la agilidad en la toma de decisiones y aceleración digital. Mientras que las que se encuentran fuera de esta visión están en un momento clave para analizar pros y contras de una modalidad que incluso podría minimizar la huella ecológica del negocio. Después de todo, si consideramos el factor social, económico y ambiental, quizás sea momento de emprender un nuevo camino.

-El autor es director de Claro empresas