El nuevo trabajador ideal
Asegurémonos de construir un nuevo ideal, donde incluyamos las variables trabajo y familia, como también que los hijos del trabajador ideal aún no pueden volver al colegio.
Aunque estamos en pandemia, hagamos el ejercicio que tenemos que contratar a alguien ¿qué características son las que buscamos en un trabajador? ¿Cuál es nuestro trabajador ideal?
Existen muchos estudios sobre el trabajador ideal y cómo a través de los sesgos, preferencias, estereotipos y constructos sociales, preferimos a algunos candidatos sobre otros.
Una de esas dimensiones es el ámbito familiar. La evidencia indica que el trabajador ideal en general es alguien que tiene responsabilidades familiares, pero que en su casa hay otra persona que se hace cargo de ellas. O sea, nos gusta la familia porque la asociamos a responsabilidad, pero no nos gusta que quite tiempo y atención.
Antes de la pandemia, podíamos segmentar el trabajo de familia, hoy la interconexión entre ellas se ha vuelto más evidente. Especialmente, porque no contamos con el apoyo en el cuidado y educación como lo son los colegios, jardines infantiles, salas cuna, etc.
Pero también, esta pandemia ha transparentado que integrar trabajo y familia incluye logísticas diferentes entre sí, tales como: logística laboral, doméstica, familiar y educativa.
La distribución entre estas cuatro áreas no ha sido equitativa. Lo que, por una parte, deja a las mujeres en una clara desventaja a la hora de ser evaluadas bajo los criterios del trabajador ideal y por otra parte seguimos construyendo este estereotipo de trabajador como si la familia no necesitará tiempo o no impactará el trabajo.
Según la encuesta de empleo del Centro de Encuestas y Estudios Longitudinales publicada hace unos días, muestran como en muchos hogares la responsabilidad cae 100% en las mujeres y cero en los hombres. Por ejemplo, en la dimensión doméstica un 38% de los hombres dedicó cero horas semanales a realizar tareas de este tipo; en la dimensión familiar un 57% de los hombres dedicó cero horas al cuidado de niños y niñas en hogares con menores de 14 años, y en la dimensión educativa un 71% de los hombres dedicó cero horas al acompañamiento en tareas escolares.
El trabajador ideal, lo vamos construyendo todos. Como dice Joan Williams, “nunca dejes que una buena crisis se desperdicie”. No desperdiciemos esta. Asegurémonos de construir un nuevo ideal, donde incluyamos las variables trabajo y familia, como también que los hijos del trabajador ideal aún no pueden volver al colegio.
-La autora es directora del Centro Trabajo y Familia del ESE Business School
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