El plan de Joe Biden que solucionaría el cambio climático
Por Bjorn Lomborg, escritor, profesor y ambientalista danés
Al prometer gastar 2 billones de dólares durante los próximos cuatro años en la lucha contra el cambio climático, el candidato a la Presidencia de EE.UU. Joe Biden está tomando un camino similar al de los políticos de otros países ricos, con promesas de políticas costosas para ayudar a abordar el calentamiento global. Promete poner fin a los combustibles fósiles en el sector energético para 2035 y reducir las emisiones netas de los Estados Unidos a cero para 2050.
El calentamiento global es un problema real que debemos abordar con inteligencia. El presidente Trump ha sugerido incorrectamente que el cambio climático es un engaño y no ha ofrecido casi ninguna política climática efectiva. Definitivamente, se necesitan mejores enfoques. Pero el pánico climático tampoco ayuda.
Biden afirma frecuentemente que el cambio climático es una “amenaza existencial” para la humanidad. Sin embargo, esto contradice las conclusiones principales del Grupo de Expertos sobre el Clima de las Naciones Unidas. Estiman que, para la década de 2070, el calentamiento global tendrá un impacto negativo equivalente a una reducción de los ingresos de entre el 0,2 y el 2 por ciento. Para entonces, la ONU espera que cada persona, de media, sea un 363 por ciento más rica que hoy. El impacto negativo del cambio climático significa que en su lugar seremos un 356% más ricos que hoy. Eso es un problema, pero no el fin del mundo.
Aunque bien intencionado, el extenso plan de Biden tiene pocos puntos concretos sobre el costo y contiene numerosas ideas de muy diversa calidad. Propone modernizar millones de casas por cientos de miles de millones de dólares, aunque el mayor estudio de los Estados Unidos, sobre 40.000 casas modernizadas, muestra que los costos son el doble de los beneficios.
Biden también quiere restaurar la totalidad de los créditos fiscales para los vehículos eléctricos, aunque gastar 7.500 dólares por cada coche eléctrico es una de las formas más costosas de reducir las emisiones.
También es cuestionable si el plan de Biden -y los planes climáticos enormemente ambiciosos de otros países- pueden mantener su respaldo electoral.
Mientras que más de dos tercios de la población de Estados Unidos considera que el clima es una crisis o un problema importante, menos de la mitad está dispuesta a gastar incluso 24 dólares al año para combatirlo. El plan de Biden costará 3.500 dólares por contribuyente cada año. Y este costo aumentará significativamente.
El plan de Biden no especifica el precio de reducir las emisiones de EE.UU. a cero. Solo una nación -Nueva Zelanda- se ha atrevido a solicitar una estimación independiente de los costos de reducir las emisiones a cero para el año 2050. El resultado fue que el costo más optimista reduciría el PIB en un 16%, una cifra muy alta.
Nueva Zelanda estimó que el aumento necesario del impuesto a la gasolina para lograr las emisiones netas cero sería de 90 centavos por litro. A modo de comparación, las protestas de los chalecos amarillos franceses estallaron después de un aumento de 4 centavos de dólar en el precio debido a las políticas climáticas.
Gastar el 16% del PIB para arreglar parcialmente un problema que podría afectar hasta un 2% del crecimiento es un mal negocio. Incluso si todos los países ricos del mundo redujeran sus emisiones de CO₂ mañana y permanecieran a cero durante el resto del siglo, el modelo climático estándar de la ONU muestra que eso reduciría las temperaturas para 2100 en solo 0,4°C.
Esto se debe a que tres cuartas partes de las emisiones previstas para el resto del siglo provienen de China, India, África y el resto de los países menos desarrollados. Ellos no están listos para implementar inversiones climáticas por valor de un billón de dólares. Su primer objetivo es sacar a toda su población de la pobreza, lo que significa el acceso a una energía mucho más fiable y barata, en su mayoría procedente de combustibles fósiles.
En su lugar, la solución tiene que centrarse en un aumento drástico de las inversiones en I+D de energía verde. Si las innovaciones pudieran hacer que el precio de la energía libre de CO₂ cayera por debajo del de los combustibles fósiles, todas las naciones harían ese cambio.
Durante la cumbre climática de París en 2015, el expresidente Obama y muchos otros líderes mundiales prometieron duplicar el gasto mundial en I+D ecológico para 2020. Lamentablemente, el gasto real apenas ha variado.
Pero el plan de Biden podría cambiar todo eso. Sugiere gastar 75.000 millones de dólares al año en I+D ecológico, lo que cuadruplicaría lo que el mundo rico está gastando actualmente cada año.
No vamos a solucionar el cambio climático de manera sostenible con políticas costosas que son cientos o miles de veces más caras de lo que la gente está dispuesta a pagar. Asustar a la gente con un falso alarmismo climático será contraproducente. Pero la propuesta de Biden de cuadruplicar la inversión global en I+D verde es exactamente lo que podría solucionar el cambio climático.
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