El preocupante escenario fiscal que enfrenta el país

Hacienda.
Adrian Aylwin/Aton Chile

El haber ignorado la advertencia de una mayor caída de los ingresos terminó en el mayor déficit estructural desde la creación de la regla fiscal. El gobierno y las distintas fuerzas políticas deben adoptar medidas urgentes para retomar la consolidación fiscal.



La Dirección de Presupuestos (Dipres) presentó el Informe de Finanzas Públicas (IFP) del cuarto trimestre de 2024, detallando el cierre preliminar del escenario fiscal y las proyecciones a mediano plazo. Sus conclusiones confirman el preocupante estado de la situación fiscal en que se encuentra el país, lo que hace inevitable adoptar decisiones urgentes para intentar revertir este cuadro. Desde luego, la meta de balance estructural establecida en el decreto de política fiscal, de -1,9% del PIB para el año 2024, no se cumplió, cerrando en -3,2% del PIB, es decir, una desviación de 1,3 puntos del PIB respecto a la meta comprometida.

El informe también viene a confirmar que los ingresos fiscales estuvieron muy por debajo de lo que se había proyectado inicialmente. En efecto, la recaudación total el 2024 fue menor en US$ 4.200 millones respecto de lo proyectado en el IFP que acompañó al proyecto de Ley de Presupuestos. Esto fue atribuido principalmente al resultado de la Operación Renta, y en menor medida por la caída en recaudación de ingreso del litio, producto de la abrupta caída en precio del mineral durante el año. La magnitud de la diferencia abre profundas interrogantes sobre la capacidad de los cuadros técnicos para efectuar estimaciones de ingresos que resulten realistas, y es un hecho que cuando la Ley de Presupuestos se construye sobre supuestos que luego no se cumplen se producen desajustes de enorme envergadura.

A pesar de las advertencias realizadas por el Consejo Fiscal Autónomo en agosto pasado, donde señaló el enorme desafío para alcanzar la recaudación proyectada en los meses que restaban del año, la Dipres no ajustó su proyección de ingresos estructurales en el IFP que acompañó a la Ley de Presupuestos para 2025. Ignorar esta advertencia terminó en el mayor déficit estructural desde la creación de la regla fiscal, en ausencia de una crisis económica, pero además arrastró el error de proyección de ingresos fiscales para el año fiscal 2025. Lo anterior explica el ajuste de la proyección de la meta que Dipres reconoció en el IFP publicado esta semana, donde reconoce que la meta de balance estructural de -1,1% del PIB para el 2025 no se cumplirá. Ajustó la proyección de ingresos fiscales a la baja en US$ 3.100 millones a tan solo dos meses de haber sido aprobado el presupuesto 2025 por el Congreso. Mientras, por el lado del gasto se proyecta un modesto ajuste de tan solo US$ 700 millones.

Así, la nueva estimación de la meta fiscal de Dipres estima que el déficit alcanzará a 1,6% del PIB, lo cual llevaría a un tercer año consecutivo de incumplimiento de la meta definida en el Decreto de Política Fiscal (-1,1% del PIB), un resultado que la entidad señala que es aún preliminar, considerando que deben aplicarse medidas correctivas, luego del incumplimiento de la meta fiscal en 2024.

Mirando hacia atrás, los expertos señalan que el gobierno no prestó la debida atención a las advertencias realizadas de sincerar con mayor realismo la menor proyección de ingresos para el año 2024. Y desatender esta alerta al momento de presentar la Ley de Presupuestos no solo terminó profundizando el déficit del año 2024, sino que además arrastró esta desviación para el ejercicio fiscal de 2025.

El escenario hacia adelante es preocupante. Las dificultades recientes que experimentó la Dipres para ajustar US$ 600 millones de gasto, con una fuerte resistencia del Ministerio Público, autoridades y parlamentarios especialistas en sector de la salud, levantan un signo de interrogación sobre qué tan factible será realizar los ajustes adicionales de gasto para retomar el cumplimiento de los compromisos fiscales de Hacienda para los años 2025 y 2026.

El FMI, en el informe sobre Chile publicado recientemente, pronosticó un escenario fiscal bastante más pesimista que el actualizado en la misma semana por el gobierno. El déficit estructural alcanzaría a 2,1% del PIB el 2025, superior a la estimación preliminar de -1,6% de Dipres. Mientras, la deuda bruta llegaría a 43,7% del PIB, superior al 42,1% del PIB estimado también por nuestra autoridad fiscal. Lo anterior, situaría a la deuda a tan solo 1,3 puntos del PIB de su nivel prudente, el que fue definido por el Ministerio de Hacienda en 45% del PIB.

Ante este complejo escenario fiscal, tanto el gobierno como los parlamentarios deben ser conscientes de la gravedad en que se encuentra nuestra situación fiscal, y las medidas para afrontarla deben empezar a ser adoptadas desde ya, sin pretender atajos que vayan difiriendo el curso de acción.

Es probable que como resultado de todos estos ajustes el Ministerio de Hacienda termine ajustando su meta de déficit estructural en el decreto de política fiscal, lo que sería un paso realista y concordante con la necesidad de sincerar la realidad. Asimismo, con un crecimiento potencial por debajo del 2% será imposible contener las presiones de gasto social sin una cirugía mayor al aparato estatal, en lo que por ahora no se observa mayor disposición en la mayoría de los sectores políticos. Cuando llegue el momento de implementar estos ajustes, necesarios pero impopulares, su rol debe ser facilitar, y no bloquear, las reformas que serán indispensables para retomar la senda de consolidación fiscal de mediano plazo.

Comenta

Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.