El problema no es el agua
SEÑOR DIRECTOR:
Una vez más las lluvias revelan la fragilidad de nuestras ciudades. El agua muchas veces se convierte en el enemigo y nuestra respuesta suele ser reactiva ante catástrofes socionaturales, que más bien nos deberían forzar a poner el foco en una prevención efectiva que sea consciente de las dificultades sociales y materiales que estamos viviendo en Chile.
Cuando recorremos los múltiples campamentos en los que trabajamos, es imposible no sentir impotencia por las condiciones de habitabilidad mínima y de entorno. Son hogares que en un porcentaje importante se encuentran bajo la línea de la pobreza y cuyo objetivo es poder sacar a sus familias adelante. Pero cada invierno, temen que sus colchones y ropa se mojen, que la humedad invada sus viviendas y no las abandone hasta el verano. Esto nos preocupa y nos duele seguir viéndolo en 2024.
Estamos expulsando sistemáticamente a las familias de menores ingresos a la informalidad, condenándolas a territorios marginados, sin condiciones adecuadas para el desarrollo de niños y niñas, y donde una vejez digna es imposible.
El problema no es el agua, es que no nos estamos haciendo cargo de quienes más lo necesitan. Esto solamente traerá más pobreza, exclusión y aumentará la fractura social de Chile. Necesitamos un enfoque interministerial, donde Vivienda y Urbanismo sea innovador y efectivo, Desarrollo Social abarque las situaciones más críticas, Educación asegure que nadie no pueda ir al colegio por el barro de sus calles y policías aseguren que a la informalidad no la castigue también la delincuencia, que ataca primero donde no llega la presencia del Estado. El problema no es el agua, es que se nos ha olvidado priorizar a quienes más lo necesitan.
Isidora García
Directora social de TECHO-Chile
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