Columna de Carlos Cruz: El valor de generar acuerdos

Chile Day


El “Chile Day”, realizado hace pocos días en Londres, fue una oportunidad; un momento de mirar hacia el futuro, pero también de recordar eventos parecidos realizados en la década de los 90, cuando se requería un gran esfuerzo por demostrar que el país era serio ante la comunidad internacional; que nuestro compromiso con la democracia y los derechos humanos no nos inhibía del esfuerzo que debíamos hacer por el crecimiento y el desarrollo de la economía. Para avanzar en esa dirección, era necesario contar con inversión privada nacional o extranjera.

Hoy Chile es un país diferente. No necesitamos dar señales de buen comportamiento ni de seriedad en los compromisos; las autoridades económicas nacionales son reconocidas y apreciadas a nivel mundial. Casi nadie en la comunidad financiera pone en duda las competencias con las que contamos para salir de buena forma de la situación económica por la que atravesamos, gatillada por razones internas o externas. Lo que más entusiasmó en el marco de este evento es la disposición a encontrar acuerdos para llevar adelante las reformas que el gobierno se ha propuesto impulsar, asumiendo que estos siempre significarán ceder puntos de vista para algunos -que inicialmente aparecían como intransables-, y para otros, entregar espacios que parecían ganados.

Es de esperar que ese mismo ánimo prevalezca cuando la discusión se haga dentro del país. Con similar entusiasmo se reciben las constantes manifestaciones de voluntad por acercar posiciones entre el sector público y el privado. De hecho, el concepto que más se repitió en cada uno de los paneles fue la necesidad de asociarse para abordar los grandes desafíos que el desarrollo nos depara.

Intentamos expresar esa misma voluntad en el campo de la infraestructura, pues a través de esta área hay esperanzas de que se comience a recuperar la inversión que se ha visto disminuida en los últimos años. El gobierno está haciendo un esfuerzo presupuestario importante por aumentar la inversión directa y ha llamado a un ambicioso programa de licitaciones a través del sistema de concesiones por US$ 13 mil millones, el que se deberá materializar en nuevos contratos entre el sector público y privado, muchos de ellos con una proyección de futuro.

Hay que aprovechar las oportunidades de encuentro con los financistas para aclarar las dudas sobre hacia dónde va Chile en el largo plazo, de los modelos contractuales, las flexibilidades necesarias para enfrentar contingencia, el compromiso real de pasar de una relación de contraparte a una de asociación, de hacerse cargo de las preocupaciones que deparan las tarifas y la aceptación social de las concesiones. Es necesario explicar por qué Chile sigue siendo atractivo, a pesar de que hay otros países más activos en la región, como es el caso de Colombia, y seducir a quienes invertirán sus recursos. Este “Chile Day” era una oportunidad para aquello. Esperamos poder transmitir a las autoridades el ánimo imperante.

Por Carlos Cruz, director ejecutivo del Consejo de Políticas de Infraestructura