Elecciones en la derecha

SEÑOR DIRECTOR:
En el caso de la elección parlamentaria, la ausencia de un frente común de la derecha es simplemente una inmoralidad. En el Congreso, la situación es la opuesta a la del Ejecutivo; rara vez pagan los parlamentarios el costo de leyes que pueden producir cambios estructurales y cuyo efecto nocivo vemos en el largo plazo (y, a veces, no tan largo).
Ante una elección presidencial que, como nunca, augura buenos resultados para la derecha, llegar a acuerdos solo por la elección parlamentaria puede ser mediocre, pero pareciera ser que es el mal menor.
Es deber de los votantes exigir a quien sea su candidato presidencial que éste promueva un pacto para las parlamentarias que maximice la representación del sector, “cueste lo que cueste”.
Quizás es mucho pedir, pero, si algo de sabiduría queda en el sector (en candidatos y votantes), al igual que en la historia del rey Salomón, el voto de derecha no se lo llevará el candidato presidencial que se conforme con un brazo o una pierna, sino que aquel que esté dispuesto a poner en riesgo su lugar en la papeleta -a través de primarias-, con tal de no dividir al sector, asegurando un pacto parlamentario.
Diego Uribe-Etxeverría M.
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