Empatizar con la espera

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SEÑOR DIRECTOR:

Cada día, un número creciente de personas se suma a la fila de espera para ser atendidos por un especialista o una cirugía. Hoy hay 82.486 prestaciones retrasadas en los pacientes de Fonasa. A eso se suma que han aumentado los tiempos de espera, de acuerdo al último informe de la Subsecretaría de Redes Asistenciales, alcanzando más de 351 días.

Desde el área de la salud, muchas veces olvidamos que detrás de los diagnósticos hay personas. Ellos y sus familias sufren. Hay más de 80 mil historias que envuelven dramas, penas, lutos, empobrecimiento y tensión. Cada familia vive un mundo por el atraso de atención que se acrecienta cuando pasa más tiempo.

Podría decir acá muchas fórmulas que son imperativas para acortar los tiempos de espera (donde la ministra Aguilera dijo que centraría su estrategia). Por ejemplo, que es fundamental concentrarse en las más de 15 mil prestaciones GES atrasadas por cáncer, donde el tiempo es tiempo y calidad de vida que se pierde. Dentro de estas, hay que focalizarse en las 9.000 que son por diagnóstico y 5.000 que son por tratamiento.

Esto, además, hay que cruzarlo por tipo de cáncer, donde se debe centrar la disminución de atrasos en las mujeres, ya que el cáncer de mama (4.200) y el cáncer cervicouterino (2.815) están dentro de los tres tipos de cáncer con más prestaciones atrasadas y con mayor tiempo de espera: más de tres meses.

¿Cómo estaríamos si tuviéramos que esperar casi 100 días en empezar a atendernos sabiendo que tenemos cáncer? Muchas personas no esperan y eso lleva al sobreendeudamiento por pagar prestaciones particulares, con un aumento significativo en el gasto de bolsillo. Otros tienen que irse de su región a atenderse por su cuenta, empobreciendo a su familia, entre muchas otras situaciones.

Todas estas consecuencias no las analiza ninguna glosa de la Subsecretaría. Pero son historias que existen. Es prioritario, entonces, avanzar con un plan de acción que priorice por gravedad y que optimice la gestión. Porque aquí hay que hablar sin pelos en la lengua: hay muchos problemas de gestión en distintos niveles de atención por malas prácticas administrativas y del personal de salud que juegan en contra de la atención oportuna al paciente.

No habrá éxito en la reducción de listas de espera si no ponemos al centro a las personas, pero, sobre todo, si autoridades, personal de salud y administrativos no se ponen en sus zapatos.

Paula Daza

Directora ejecutiva de CIPS-UDD

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