Empleo: una emergencia no declarada

David-Bravo

"No obstante el importante avance que hemos tenido, nos encontramos en una emergencia laboral. Nuestra situación actual (que representa el mejor momento desde el inicio de la pandemia) es mucho más grave que el peor momento de la crisis subprime en 2008-2009 y es comparable a los peores meses de la crisis asiática de fines de los años 90"



Hace dos años atrás, el INE informaba que había 9,09 millones de personas ocupadas en el país y una tasa de desocupación de 7,1% con 691 mil desocupados. La población en edad de trabajar ascendía a 15,52 millones de personas por lo que la tasa de ocupación era de 58,6% y la tasa de participación laboral ascendía a 63%. El mercado laboral entonces presentaba un conjunto de desafíos importantes tales como una tasa elevada de empleo informal bastante estable a lo largo de las últimas décadas o avances lentos en mayor equidad salarial y de género, varios de ellos relevados por el estallido social.

Un par de meses después vino la pandemia del Covid y una pérdida de casi dos millones de empleos a julio de 2020, una crisis que es la mayor de la que se tenga registro estadístico en el país.

Los datos más recientes del mercado laboral indican que se está en el mejor momento observado desde el inicio de la pandemia. Todas las fuentes disponibles (INE, Encuesta empleo UC, Encuesta U. Chile Gran Santiago, Datos Administrativos) coinciden en una fuerte recuperación de los empleos perdidos durante el segundo semestre de 2021; y en el fuerte dinamismo observado en el empleo asalariado a partir de agosto. La recuperación de los empleos perdidos durante la pandemia se acerca en los datos más actualizados al 90% (y una recuperación completa para los empleos asalariados formales) con un fuerte dinamismo en el empleo femenino. La extensión del proceso de vacunación y las aperturas producidas en las ciudades, junto con los subsidios a los nuevos empleos formales introducidos en agosto (con mayores incentivos para mujeres y jóvenes) parecen estar detrás de las causas de este mejoramiento.

Estas buenas noticias parecen haber influido en el escaso espacio que el tema del empleo tuvo en los debates y la contienda presidencial reciente. ¿Ya pasamos lo peor y estamos por salir de la crisis? Desafortunadamente aún estamos lejos de aquello.

Tomemos los últimos datos del INE dos años después. La población en edad de trabajar naturalmente se incrementó en este periodo en 450 mil personas. Sin embargo los ocupados cayeron a 8,68 millones. El número de desocupados es similar. La tasa de desocupación también (7,1%). La única razón para que el menor número de ocupados no haya incrementado la tasa de desempleo es que sigue deprimida la participación laboral. Para tener la misma proporción de ocupados que teníamos antes de la pandemia su número debería ascender a 9,37 millones, lo cual indica que aun nos faltan 690 mil empleos por recuperar en esta comparación. La tasa de desocupación encubierta, entonces, asciende a casi 14%, que representa un mejor indicador del estado actual de nuestro mercado laboral.

Las cifras recién señaladas indican que, no obstante el importante avance que hemos tenido, nos encontramos en una emergencia laboral. Nuestra situación actual (que representa el mejor momento desde el inicio de la pandemia) es mucho más grave que el peor momento de la crisis subprime en 2008-2009 y es comparable a los peores meses de la crisis asiática de fines de los años 90.

Se va a requerir una importante continuidad entre las autoridades salientes y las entrantes en la gestión de la crisis del empleo en la que aun nos encontramos. El primer paso consiste en reconocer esta emergencia y, en la multiplicidad de la agenda pública, asignarle la primera prioridad. Las cifras de la encuesta Casen mostraron cómo hacia fines de 2020 la caída en el empleo aumentó la pobreza y exacerbó la desigualdad. Recuperar los casi 700 mil empleos faltantes no admite tregua y requiere en mi opinión mantener los subsidios a los nuevos empleos formales hasta que ello ocurra, así como también volver a las recomendaciones no abordadas de la Comisión de Recuperación de los Empleos entregadas en agosto pasado para implementar medidas adicionales.