Es la política...

"La política monetaria ayuda a suavizar los ciclos económicos: no busca afectar el crecimiento de largo plazo, pero sí proteger el bienestar de los más débiles de la sociedad, aquéllos que más sufren la inflación. No es poca cosa".
El martes pasado el Banco Central aumentó la tasa de interés de política monetaria de 0.75 puntos porcentuales hasta 1.5%. Pero las tasas de interés de largo plazo, las que determinan el costo del crédito para una empresa o para comprar una casa impactando la inversión y el crecimiento de la economía, comenzaron a incrementarse hace meses por políticas cortoplacistas que aumentaron la incertidumbre de la economía.
Las primeras dos semanas de abril –antes de aprobar el tercer retiro-, las tasas en pesos a 5 años estaban en 2%. Las primeras dos semanas de julio –antes de la primera subida de tasas del Banco Central en año y medio-, llegaron a 3.8%. Las tasas en pesos a 10 años se incrementaron de 3.5% a 4.8% en mismo periodo. Las tasas en UF, que ajustan por inflación, experimentaron aumentos similares.
Mayores expectativas de inflación no deberían haber afectado las tasas en UF, entonces el alza de tasas fue causada por una mayor prima de riesgo por plazo: el premio que demanda un inversor por hundir su dinero en un activo de largo plazo cuyo precio puede fluctuar inesperadamente. El aumento en la prima de riesgo fue acompañado por la suba del valor del dólar de 700 a 790 pesos en agosto.
Como explica el Banco Central en su último Informe de Política Monetaria, el aumento en las primas por riesgo y la depreciación del peso se debieron en parte a la liquidación de ahorro de largo plazo por los retiros de ahorros previsionales y al deterioro de las cuentas fiscales, con alta incertidumbre local. Así, el índice de incertidumbre de política económica de Clapes UC tuvo el mayor aumento en cualquier periodo de tres meses desde hace tres décadas.
El efecto de la inflación en las tasas se vería después. A principios de agosto nos enteramos que la inflación de julio había sido mucho mayor a lo esperado. Las primas por mayor inflación esperada (el diferencial entre tasas en pesos y tasas en UF) se mantuvieron cerca de 3% durante todo el año hasta la primera quincena de julio, pero aumentaron a 3.4% y 3.25% a cinco y diez años, en la última quincena de agosto.
El alza de tasas del Banco Central no responde a la inflación pasada sino al aumento de la inflación que se espera para los próximos meses, ya que la política monetaria actúa con rezagos. Cuando se disipe el ruido, esta medida podría terminar reduciendo las tasas de largo plazo si logra controlar la inflación futura esperada a través de una menor depreciación del peso, un freno al acelerado crecimiento del consumo y un ancla a las expectativas inflacionarias. La política monetaria ayuda a suavizar los ciclos económicos: no busca afectar el crecimiento de largo plazo, pero sí proteger el bienestar de los más débiles de la sociedad, aquéllos que más sufren la inflación. No es poca cosa.
Por lo dicho, el aumento en el costo del crédito se debió principalmente a la falta de acuerdo sobre políticas de largo plazo y a políticas cortoplacistas que a las acciones del Banco Central. Parafraseando la famosa frase “Es la economía, estúpido,” popularizada por Bill Clinton en su campaña electoral de 1992, ahora podríamos decir: “Es la política…”.
* David Kohn, académico Instituto de Economía UC.