Es prudencia, no miedo
SEÑOR DIRECTOR:
Sobre la reciente entrevista al psicólogo de la Universidad Diego Portales Claudio Martínez, donde dice que los padres que no están de acuerdo con los tratamientos afirmativos de transición de género lo hacen “por susto”, quisiéramos aclarar que no es el miedo lo que nos motiva, sino la prudencia. ¿Qué pasaría si aplicáramos bloqueadores y/u hormonas cruzadas a nuestros hijos cuando esta repentina autodeclaración de haber “nacido en el cuerpo equivocado” fuese apenas una etapa de la adolescencia, cuando se busca ser aceptado por los pares? Si la terapia afirmativa y los tratamientos farmacológicos que esta incluye fuese inocua, como señala Martínez, no sería problema, pero la ciencia demuestra lo contrario: sus efectos pueden ser irreversibles.
Profesionales afirmativos como Martínez suelen utilizar la amenaza falaz de tener que optar entre “un hijo muerto o uno trans, pero vivo”, un chantaje que solo pervierte los vínculos. ¿Es posible tomar decisiones racionales bajo presión de suicidio?
Ni Martínez ni el resto de los profesionales de “Proyecto T” pueden emitir juicios sobre nuestra vivencia familiar, ni tratarnos como ignorantes e irracionales frente al sufrimiento de nuestros hijos, que tienen el derecho a esperar contenidos por quienes mejor los conocen, sus familias.
Esperamos que la UDP se abra a cuestionar este discurso, por cuanto inspira acciones totalitarias por parte del Estado, como la persecución judicial a los padres e incluso que se nos quite la custodia de nuestros hijos.
Yazmin Altamirano
Miembro de la Agrupación de Padres Kairós
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