España después de las elecciones

SEÑOR DIRECTOR

Las elecciones de este 28 de abril en España muestran claramente la volatilidad y dinámica de la política contemporánea. Una primera conclusión es que se acabaron los gobiernos monopartidistas que lideraron la política española por más de tres décadas, a través del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y del Partido Popular (PP).

La victoria de los socialistas de Pedro Sánchez es insuficiente, pues su primera mayoría de 123 diputados está todavía muy distante de los 176 necesarios para formar gobierno. Terminados estos comicios, comenzarán las negociaciones para ver si, con el apoyo de Unidas Podemos y otros grupos, el PSOE logra formar una administración que brinde -lo que parece difícil- estabilidad, respeto a la Constitución y una verdadera consolidación de la unidad de España.

Una segunda conclusión es la caída del PP, no solo por su derrota frente a los socialistas, sino también por estar atenazado por dos fuerzas que antes votaban por los populares. Tales son los casos del centrista Ciudadanos, liderado por Albert Rivera, y de la nueva derecha de Vox, representada por Santiago Abascal. En la práctica, hoy hay tres partidos de esta tendencia que superan el 10% de los votos y lo más probable es que sea una fórmula que se proyecte hacia el futuro.

En tercer lugar, se ha consolidado el cambio generacional en la política española. Por un lado, los cinco grandes líderes nacionales que se midieron en esta oportunidad tienen apenas entre 38 y 47 años; por otro lado, hay tres agrupaciones que cuentan con menos de un lustro en su carrera electoral general, y hoy son fuerzas que parecen arraigadas en España.

El futuro inmediato sigue siendo incierto, ya que ahora viene la difícil tarea de formar gobierno; además, luego habrá otros procesos electorales europeos y locales, en que se medirán los grandes partidos y las demás fuerzas políticas. Esto coexistirá con la división representada por el secesionismo que ha afectado la convivencia de manera creciente en los últimos tiempos. Y no resulta claro qué pacto de gobierno enfrentará este crucial desafío.

Alejandro San Francisco