Eutanasia

SEÑOR DIRECTOR

El Director Ejecutivo de la ONG Comunidad y Justicia, Nicolás Rodríguez, menciona en su carta del 09 de mayo publicada en este medio, que Bélgica es uno de los dos países que en su legislación permite la eutanasia en menores de edad ; el otro país es Holanda (Países Bajos).

Siendo belga, quisiera destacar que esta decisión, del año 2014, fue objeto de numerosos y largos debates éticos, filosóficos y sanitarios, cuyo eje central siempre fue el de generar una reflexión a nivel país, integral, sobre la vida y su calidad en los pacientes menores de edad que padecen de una enfermedad terminal. La decisión de acordar este derecho contempló numerosas condiciones que avalan el cuidado que existió al momento de legislar.

Efectivamente, el menor de edad (sin definición de una edad específica), tiene que estar experimentando un sufrimiento físico intolerable (descartando el sufrimiento psíquico de esta posibilidad), imposible de controlar vía medicamentos o cuidados paliativos, y su muerte tiene que ser previsible y muy cercana. Este diagnóstico debe ser confirmado por dos equipos médicos diferentes, para pasar luego a la evaluación de la capacidad de discernimiento del menor por parte de un experto en salud mental. Sin embargo, esta petición, que debe ser realizada obligatoriamente por escrito por el menor, puede ser bloqueada por sus padres.

Desde esa fecha, hubo solamente tres casos de eutanasia de menores reportados por el Comité de Control y de Seguimiento de la Eutanasia de Bélgica.

Expertos en el tema destacan que la incorporación de esta posibilidad legal permitió, en paralelo, para los pacientes concernidos, abrir en ellos un espacio de palabra y generar una sensación de control más digno sobre su vida y su posible muerte, aliviando por lo tanto la angustia que implica vivir sufriendo de manera intolerable, sin esperanza ninguna de poder poner un término a dicha situación.

Alain Carrier

Decano

Facultad de Ciencias Sociales

Universidad Bernardo O'Higgins