El fracaso del wantán jurídico
La oposición perdió una batalla emblemática. Implicó esfuerzos enormes y una burbuja de expectativas. Lograron en los últimos días instalar una incerteza que puso nervioso a más de uno en el gobierno y permitió negociar cómodamente a diputados díscolos que tienen intereses más locales que nacionales. Pero la acusación venía con problemas desde el origen.
Los propios escritos presentados están llenos de errores de forma y fondo, que habían convertido el documento en un wantán jurídico, como lo llamó el diputado Guillermo Ramírez. Se vio por muchos como la defensa de las ineptitudes del funcionario nombrado a dedo para hacerse cargo de la Nueva Educación Pública. Un diputado socialista llegó incluso a insinuar que probar fuera de toda duda que la ministra había violado la Constitución era un asunto secundario en relación a otros intereses.
El gobierno se armó de una notable legión de detractores de la acusación constitucional, incluyendo al rector de una universidad que posee gratuidad y un abogado de derechos humanos. Logró también demostrar que si había responsabilidades administrativas, era tema del subsecretario, como recordó el diputado Bellolio en una entrevista a radio Cooperativa. Pero más allá de los aciertos de La Moneda, la acusación no logró cuajar y siempre fue mirada con dudas, como las que planteó en sus inicios el Frente Amplio.
Parte de los errores es la baja calidad de la redacción, pero también la incapacidad del Partido Socialista de volver a ser el eje de la centroizquierda, como lo logró durante largos años. Pareciera que las verdaderas fuerzas son la DC y el Frente Amplio. El otrora poderoso PS suena más como un troll de redes sociales, vociferante, pero poco efectivo.
El otro efecto es la fuerza de reacción que vendrá del gobierno. La ministra se anota un punto de oro y ahora sí que es una candidata en serio al Senado, si quisiera volver al Congreso. Más aún, su estrategia de distanciarse del marco regulatorio que heredó queda timbrada como exitosa, y se va a volver imparable en ello. Vendrán muchas más cartas a apoderados y muchos más sumarios a los nuevos servicios locales de educación.
El gobierno logró ordenar bien sus filas. La comida con diputadas RN, donde el postre fue la cabeza del subsecretario Salaberry, fue demasiado provechosa para La Moneda. Como pocas veces, se notó capacidad de gestión política y habilidad para hacer pesca milagrosa en diputados de la oposición.
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