Garín y el peligro ignorado
SEÑOR DIRECTOR:
En los últimos días, diversos medios de comunicación han comentado lo ocurrido en la Copa Davis durante el partido entre Christian Garín y Zizou Bergs, específicamente sobre el choque entre ambos jugadores. Más allá de lo debatible del incidente y de la posible intencionalidad del golpe, el conocimiento médico actual es claro: tras un impacto que comprometa la cara y, por ende, el encéfalo, y si el deportista presenta síntomas posteriores, todas las recomendaciones y protocolos vigentes indican la necesidad de una evaluación inmediata para proteger su salud.
Reanudar el juego en presencia de una posible conmoción cerebral no solo puede generar daños inmediatos, sino que también expone al atleta a un riesgo aún mayor si recibe un nuevo impacto mientras sigue sintomático. En casos extremos, se han descrito complicaciones graves como el síndrome de segundo impacto, que puede llevar a la muerte del deportista.
Por ello, enviar el mensaje de que la competencia “debe priorizarse” por sobre la salud del afectado resulta peligroso no solo en el profesionalismo, sino también en el deporte amateur y escolar, donde entrenadores, padres y niños pueden normalizar este tipo de situaciones. Afortunadamente, el equipo médico chileno actuó con prontitud y criterio, evidenciando la importancia de intensificar la educación en salud deportiva y fomentar un entorno más seguro en todos los niveles de competición, incluido el alto rendimiento.
Antonio Morales
Matías Moreno
Psiquiatras del deporte
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