¿Giro a la iz…?
Por Álvaro Pezoa, ingeniero comercial y doctor en Filosofía
¡Giro a la iz…¡, dice una tradicional voz de mando militar. Haciendo una analogía, parece que los resultados de las últimas justas electorales han abierto el apetito de varios por subirse al “carro de la victoria”, proyectando similares tendencias para noviembre próximo. De hecho, de las nueve candidaturas presidenciales inscritas el lunes en Servel, cinco son abiertamente de izquierda (Artés, Ancalao, Boric, Enríquez-Ominami y Provoste), tres intentan situarse en el centro (Sichel, Parisi y Lorenzini) y tan solo una se ubica en la derecha (Kast).
Esta configuración de alternativas políticas da pie para algunas interesantes reflexiones. La primera, respecto a cuántos ciudadanos y de qué perfiles concurrirán a sufragar. Un incremento substancial de votantes junto a una representación más masiva de adultos mayores podría, por ejemplo, modificar significativamente las proporciones entre las diversas corrientes en liza. Similar cosa cabría esperar si parte del electorado de derecha popular y de clase media, hoy desencantado con el desempeño del actual gobierno y su coalición, regresa a las urnas movilizado por la relevancia del evento para los destinos patrios.
La segunda consideración dice relación con la forma en que se distribuirán las papeletas entre los candidatos de izquierda y centro. Cabe la posibilidad que se dé una dispersión que termine por anular entre sí las propuestas de ambos sectores, especialmente entre quienes se autodenominan “progresistas”. Un escenario de esta índole terminaría favoreciendo al centro y, todavía más, a la derecha.
El tercer análisis que se puede formular es de naturaleza más sociológica. ¿Se encuentra la población tan radicalizada como lo están los políticos? Pareciera que no. Ya desde hace algún tiempo la “política profesional” muestra evidencias de hallarse bastante más polarizada que la “mayoría silenciosa” ciudadana. No sería de extrañar que los electores resulten más moderados que los postulantes. Los ánimos de cambios y reformas tienen amplio asidero en la sociedad, por contraste no tanto las ínfulas revolucionarias que inflaman a cierta izquierda últimamente predominante en su sector. Se anhelan transformaciones en materias esenciales, pero a la par se desea una actividad económica vigorosa, disponibilidad de fuentes de trabajo, respeto a la libertad, orden y paz. Dar con esta ecuación no resulta fácil. Procurarla requiere de ponderación y sentido común, ambos lejanos a las ansias populistas, estatistas y anarco-revolucionarias que han abrazado no pocos políticos activos.
En fin, el futuro de Chile es incierto y complejo. Por momentos, tiene visos de encaminarse al descalabro. Pero, no es impensable que quienes sueñan que a fin de año haya otro ¡giro a la iz…! se sorprendan con un ¡giro a la de…!
Comenta
Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.