Gobernabilidad
Por Óscar Guillermo Garretón, Economista
Esto no es sobre quien ganará, sino de la capacidad y voluntad de quien gane para gobernar bien. No depende de una persona, por brillante y carismática que sea, sino del contingente de sus partidarios que se harán cargo de gobierno y Parlamento. Es importante detectarlo, más cuando se anuncian años críticos y los candidatos que aparecen punteando representan realidades nuevas. Son las prácticas de hoy las que nos anticipan el futuro.
No tengo espacio para hablar de todos. La derecha está lejos de librarse de culpas, pero me abisman más las señales de ingobernabilidad que dan quienes se proclaman de izquierdas; y sus consecuencias, no para “los ricos”, sino para los que siempre pagan la irresponsabilidad, la improvisación o la chapucería de sus gobernantes.
Es en el Parlamento donde los signos de ingobernabilidad son más graves. ¿Cómo alguien puede defender que es gobernabilidad de izquierda propiciar políticas que reconocen indeseables y terminan pagando los más vulnerables? ¿Cómo es posible que parlamentarios propicien más y más retiros a pesar de que se les advierte y prueba que están provocando un salto en la inflación y en las tasas de interés que financian la inversión de largo plazo para crecer y los créditos hipotecarios de los chilenos sin recursos para autofinanciarse sus viviendas? ¿Cómo es posible un candidato que había rechazado inicialmente el cuarto retiro del 10% y luego se da una voltereta, presionado por sus partidos y parlamentarios, sembrando dudas de cuánta gobernabilidad encarna? Agreguemos que sigue la fiesta del gasto, a sabiendas que ya se han distribuido varías veces más recursos a la población que los perdidos con la pandemia; mientras, crecen el déficit fiscal y la deuda pública afectando futuras políticas sociales e inversión pública. Por cierto, con liviandad proclaman que todo lo resolverán con impuestos, pero no hay alza viable que pague los despilfarros y promesas acumulados. Sabemos también que pasada la fiesta, se esperan crecimientos magros de la economía, y quienes son los que lo sufren. Sabemos asimismo, que la inversión cae en Chile mientras la proporción de inversión nacional en el exterior crece. No es exagerado decir que vivimos el mayor escándalo que tenga memoria, de apropiación premeditada e indebida de la economía nacional, en perjuicio de las mayorías.
Por si algo faltara, el PC ataca al Banco Central e insulta a su presidente por advertirles una realidad ya inocultable. Sumemos las chapucerías en la inscripción de candidaturas de parlamentarios y cores. Y como guindas de esta torta, tenemos la candidatura de Ancalao a La Moneda sustentada en firmas truchas y la confesión de un vicepresidente de la Convención Constituyente, que era mentira el padecimiento del cáncer que lo proyectó a su cargo. La amenaza de ingobernabilidad no es una ficción, la están alimentando.
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