Graves fallas en el Registro Civil
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Es evidente que el Servicio presenta serios problemas de gestión, los que repercuten directamente sobre la ciudadanía. La interrogante es qué medidas pretende tomar el gobierno para corregir este déficit.
Transcurridos poco más de dos meses desde que con gran espectacularidad fue lanzado el Nuevo Sistema de Identificación Nacional por parte del Registro Civil, las quejas de los usuarios no han cesado de acumularse. Retrasos en la entrega de las cédulas o errores en los datos que estas contienen -uno de los casos más llamativos es el de un recién nacido que fue identificado con dos profesiones-, extravío de valijas, problemas para comunicarse con el call center o para operar a través del sitio web, entre otras dificultades, han hecho de este debut un tormento para para numerosos usuarios.
La dirección del Registro Civil se había comprometido hace más de un mes a que el grueso de los problemas sería solucionado, y si bien en este tiempo se han logrado algunas mejoras, es evidente que la normalización dista de haber ocurrido. Este cúmulo de problemas incluso motivó a que gremios del propio Servicio expresaran un duro reclamo a las autoridades, por el tenso ambiente que se está generando en las oficinas entre el personal y los usuarios.
El origen de las dificultades estaría en que el nuevo sistema mantiene parte de los problemas iniciales debido a que el software no ha logrado adaptarse a la demanda nacional. Se trata ciertamente de una situación insólita, que una vez más refleja los enormes problemas que encuentra el Estado para brindar servicios oportunos y de la calidad que los chilenos esperan, revelando además que no hubo suficiente capacidad para anticipar las inevitables dificultades que conlleva la implementación de nuevos sistemas, considerando que desde que tuvo lugar la licitación ha transcurrido un tiempo suficiente.
A los reclamos por el funcionamiento del nuevo sistema se suma la bochornosa situación que se produjo con la emisión de los nuevos pasaportes, los que si bien poseen tecnología de punta no se previó que el nuevo diseño presentaría incompatibilidades para efectos de tramitar la Visa Waiver, lo que produjo serios trastornos a quienes tenían que viajar hacia Estados Unidos. Más allá de que este problema logró ser resuelto, otra vez quedó de manifiesto una preocupante improvisación del Registro Civil. A ello se suma el equívoco llamado al enrolamiento de extranjeros, lo que provocó un caos ante la confusión que se produjo.
Ciertamente que no se trata de problemas marginales, sino de fallas que revelan importantes deficiencias de gestión, las que han sido recurrentes a lo largo del tiempo. Parte del problema se debe a las dificultades para contar con directivos suficientemente aptos para el cargo; es decidor que en los últimos 20 años el servicio registre una decena de directores, período donde se cuentan distintas polémicas derivadas de problemas con las licitaciones convocadas por esta repartición. Una reciente auditoría que llevó a cabo la Contraloría detectó que el Servicio pagó más de $7 mil millones en proyectos de software que no fueron implementados, sin que hasta aquí se haya dado una explicación satisfactoria.
Si bien a raíz de los recientes escándalos se ha pedido la renuncia a algunos funcionarios, el gobierno deberá evaluar exhaustivamente si la actual dirección está a la altura de las exigencias que demanda este servicio fundamental del Estado y qué medidas pretende implementar para corregir este déficit. Debe tomarse conciencia que su mal funcionamiento no solo repercute directamente en la ciudadanía, sino que además abre la incógnita de si el Servicio podrá responder en tiempo y forma a los requerimientos que impone el proceso de digitalización del Estado.
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