SEÑOR DIRECTOR:
Cientos de pobladores de Lo Hermida se instalaron en las orillas del río Mapocho. Su objetivo era claro: dar visibilidad a las demandas que han presentado en busca de un techo digno bajo el que vivir. Para esto se han organizado por años y han sido propositivos, pero aún están a la espera. Este grupo es solo una fracción de un problema mucho más grande y aún invisible: hoy se estiman alrededor de 650.000 hogares en el denominado grupo del déficit habitacional.
“La gente a veces piensa que queremos todo gratis, y no es así. Tenemos nuestros ahorros, luchamos día a día”, “¿quién quiere vivir en una situación donde tienes que hacer tus necesidades en un pozo negro y donde se te llueve el techo?”. Las palabras de los pobladores de Lo Hermida reflejan la dura realidad en que viven miles de personas en Chile que no cuentan con un lugar digno donde vivir. Son la demostración más clara de que como país hemos fracasado en materia habitacional.
No es aceptable que en 2024 tengamos cifras aún peores que en el año 1996, que en materia de campamentos hayamos retrocedido y sea una cifra que solo vaya en aumento, y que la solución a este problema sean solamente desalojos y una oferta habitacional que no se adapta a la -cada vez más diversa- demanda que tenemos hoy.
Los habitantes de Lo Hermida tuvieron que trasladarse con carpas hasta Providencia para que les vieran, pidiendo respuestas a un sistema que les ha fallado una y otra vez para exponer la realidad de una profunda crisis habitacional de la cual, como país, no nos hemos hecho cargo.
Necesitamos que se acelere el tranco de la construcción y que se ofrezcan medidas transitorias diversas para los distintos tipos de campamento. Las alertas son claras: este gran fracaso no puede esperar más.
Isidora García
Directora social de TECHO-Chile
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